Muchos países
han diseñado sus propios planes de acción para moderar las emisiones de CO2 y
así reducir el impacto sobre el calentamiento global según el marco del Acuerdo
de París. No obstante, la suma de estos proyectos no es suficiente para limitar
el cambio climático por debajo de los 2 °C. Es fundamental que los países
refuercen sus estrategias para afianzar los objetivos de ese acuerdo y aumenten
el compromiso para abordar las consecuencias del cambio climático.
El Secretario
General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, reunirá a los líderes
mundiales de los ámbitos gubernamental, financiero, empresarial y civil en la
Cumbre sobre el Clima en Chile 2019. Allí convocará a estos líderes para que
realicen comunicados y acciones audaces en la Cumbre con el fin de reducir las
emisiones, reforzar la resiliencia climática y movilizar la voluntad política
para alcanzar un acuerdo ambicioso y significativo similar al de diciembre de
2015 en París.
En esta
ocasión citaremos a Marruecos, como ejemplo en el uso de energías renovables
diversificadas puesto que su territorio tiene 3000 hs de sol/año.
Marruecos es
un país en vías de desarrollo que comparamos con las estadísticas más importantes
de un país franco-anglosajón americano:
Indices
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Marruecos
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Canadá
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Población
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35.759.580 (2018)
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36.657.000 (2018)
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Desarrollo Humano
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0,667 (2018)
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0,926 (2018)
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GINI
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0,40 (2007)
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33,68 (2010)
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PIB per cápita
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2717 euros (2018)
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39811 euros (2018)
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Tasa de desempleo
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9,6 % (2016)
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5,2% (2018)
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Emigrantes
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8,11% (2017)
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3,71 % (2017)
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Balanza comercial
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Muy Deficitaria
(2017)
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Deficitaria (2017)
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Emisión de CO2 per capita
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1,63 (2018)
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18,62 (2017)
|
Fuente:
ONU
Ese país debe
conjugar dos variables que combinan mal entre sí: una fuerte dependencia
energética (94,6%) y un consumo energético creciente (se estima un aumento del
5,4% anual para el período 2014-2023). No obstante, ante los progresos a medio
camino del plan, el Rey Mohamed VI redefinió en diciembre de 2015, en el marco
de la COP 21 de París, la estrategia del país hasta elevar el objetivo de la
ratio de energías renovables al 52% (20% solar, 20% eólica y 12% hidráulica).
Las autoridades públicas marroquíes, dentro del marco de la estrategia
energética nacional, pusieron en marcha en noviembre de 2009 el plan nacional
de desarrollo para la energía solar (Plan Solar): desplegar una potencia
instalada de 2.000 MW hasta 2020, dotando a una superficie de 10.000 hectáreas
de tecnologías solares fotovoltaicas y térmicas. Este programa ahorrará 1
millón de tn de petróleo anuales y evitará la emisión de 3,7 millones de tn de
CO2 al año.
De manera
homóloga al Plan Solar, en 2010 se firmó en Tánger el convenio marco del
Programa Integral de Energía Eólica, que pretende alcanzar una potencia
instalada de origen eólico de 2.000 MW en 2020, a través de 15 parques eólicos.
Para alcanzar
el objetivo del 52% en el energy mix, Marruecos tendrá que acometer
inversiones para obtener 10.000 MW adicionales de fuentes renovables en el
período 2016-2030 (4.500 MW en energía solar, 4.200 MW en eólica y 1.300 MW en
hidroeléctrica). En total, estas inversiones supondrán 40.000 millones de
dólares en los próximos 15 años, de los que tres cuartos serán invertidos en
energías renovables. Estas inversiones fueron posibles gracias a la relación
especial que Marruecos ha establecido con la Unión Europea que, a través de su
Plan Solar Mediterráneo, ha financiado este proyecto a través del Banco Europeo
de Inversiones, la Agencia Francesa de Desarrollo, el KfW Bankengruppe y el
Banco Mundial.
A partir de
febrero del 2016, este país del continente africano tiene la planta solar más
grande del mundo con una capacidad de 160 megavatios, para abastecer a 135.000
hogares. La primera fase de esta megaplanta termosolar ,llamada Noor I, Luz I,
en árabe, tiene una superficie de 450 hectáreas y un costo de unos 775 millones
de euros.
Las obras de la segunda y tercera fase de la
central (Noor II que almacenará electricidad durante siete horas y Noor III que
utilizará la tecnología de torre central), que ganó en enero de 2015 un
consorcio formado por la empresa saudí Acwa Power y la empresa española Sener,
ya están en marcha con un proyecto valorado en 1800 millones de euros.
La construcción
de la planta ha supuesto grandes cambios en Ouarzazate, una pequeña ciudad
entre el Gran Atlas y el Anti Atlas, al atraer a centenares de técnicos
internacionales, sobre todo españoles, que ha animado incluso a compañías
aéreas a abrir líneas regulares entre Madrid y esta localidad mientras dure el
proyecto. El comienzo de operación de estas plantas fue a finales de 2018.
A estos desarrollos en la
región de Ouarzazate se suman otros proyectos de plantas de energía solar cuyas
construcciones están previstas en la ciudad marroquí de Midelt, situada en el
centro del país, y en las provincias del Sur, específicamente en El Aiún y C.
Bojador.
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