miércoles, 30 de marzo de 2016

La innovación en el plan de manejo ambiental de una reserva natural como posible amenaza a su patrimonio histórico-cultural y a la biodiversidad






El territorio de la isla de los Estados tiene un notable valor histórico en el mundo como protagonista desde el inicio de la navegación en los mares del sur en el oceáno Atlántico y siglos más tarde en la exploración de las islas subantárticas y del continente antártico.
La expedición holandesa al mando de Willem Shouten y Jacques Le Maire recorrió el estrecho que luego se conocería como de Le Maire y avistó una isla hacia el este en viaje hacia el pasaje de Drake al bordear por el sur Tierra del Fuego. Esa extremidad meridional fue llamada cabo de Hoorn (Hornos), nombre de uno de los barcos de la expedición perdido en un temporal. El 25 de diciembre de 1615 fue avistada esa isla nombrándola País de los Señores de los Estados. En 1643 el holandés Hedrick Brouwed la circunnavegó por completo.
Años más tarde, el 1 de enero de 1775, el capitán James Cook procedente de Nueva Zelanda llegó a la isla Observatorio llamándola de Año Nuevo.
En 1823 James Weddell, cazador de focas, releva las costas, realiza un plano de la caleta de San Juan y la recomienda como un fondeadero seguro.
En 1828 Luis Vernet instala una factoría lobera en Bahía Hoppner junto a una explotación maderera para la provisión de la colonia en Islas Malvinas.
En 1862  Luis Piedrabuena instala un puesto de caza de pingüinos y lobos marinos y para el auxilio de los náufragos en Pt. Cook. En 1868 el gobierno argentino le hace entrega de la isla de los Estados como propiedad por ley 269.
En 1882 el Instituto Geográfico Argentino organizó una expedición científica a la isla al mando del oficial de la marina italiana Giacomo Bove quien recomendó la importancia del puerto de San Juan de Salvamento para la instalación de un destacamento permanente. Por el protagonismo que tuvo el faro de San Juan de Salvamento junto a una prefectura, desde el 25 de mayo de 1884, tenían ambos la función de salvataje de las naves de muchos países que navegaban hacia o desde el océano Pacífico antes de la apertura del canal de Panamá o de refugio de barcos que preparaban la salida y partían en expedición hacia Antártida. Por ella pasaron Adrien de Gerlache en 1897, Otto Nordenskjold en 1902 y Jean Charcot en 1903. La isla fue además lugar de reparación de embarcaciones, permitía la provisión de agua potable y madera a los navegantes y se recolectaba apio silvestre para combatir el escorbuto.
Durante el Congreso Internacional de Geografía, en Berlín 1899, Argentina firmó un Acuerdo de Cooperación con la Comisión Internacional Organizadora de la Expedición Antártica para brindar apoyo mediante la construcción de dos observatorios magnéticos uno de los cuales funcionó en la isla Observatorio, llamada así por esa construcción.
El 10 de agosto de 1912 el gobierno nacional compró la isla a los herederos de Piedrabuena y  declaró esa fecha Día de Isla de los Estados.

                               Imágenes de isla Observatorio obtenidas de Google Earth 1.02.16


Las características del territorio

La isla dista 230 km de las ciudades de Río Grande y Ushuaia situadas en Tierra del Fuego y está separada de esa provincia argentina por el estrecho Le Maire de 29 km de ancho. Hasta 2015 sólo se accedía a ella por vía marítima pero con las novedades que se anunciarán más abajo se incluye el sobrevuelo aéreo. Está incluida en la plataforma submarina argentina por la que se encuentra unida a las islas Malvinas y a la isla Grande de Tierra del Fuego. Su ubicación es estratégica entre Sudamérica y la península antártica. El relieve es montañoso dado que constituye el extremo sudeste de la Cordillera de los Andes Fueguinos. El Monte Bove es el más alto de la isla (823 m). Su nombre es en homenaje al marino, geógrafo y explorador italiano Giacomo Bove quien la visitó en 1882. Las montañas son más bajas hacia el oeste. Muchas geoformas son producto de la erosión glaciaria como los circos, valles glaciarios y fiordos (es el único territorio argentino que posee este tipo de costa). De acuerdo a la investigación sobre  el origen de las geoformas en el territorio insular realizada por Ponce et al (2012) se concluye que podrían estar relacionadas a glaciaciones antiguas del pleistoceno temprano aproximadamente 1 Ma A.P. o aún anteriores. Los glaciares de valle que las moldearon habrían tenido un origen local desconectado del manto de hielo de montaña de los Andes Fueguinos. Los circos glaciarios ocupan el 7 % de la superficie total de la isla mientras que los valles glaciarios de tipo alpino predominan en el 42%. En total en el estudio citado se informa sobre el relevamiento de 48 artesas de las cuales 18 forman fiordos en su prolongación hacia el mar. Estas costas registran una longitud promedio de 3,10 km con un máximo de 7,10 km en Pt. Parry. Los fiordos más extensos, como Pt. Basil Hall de 8,4 km2, se desarrollan en la costa norte de la isla y estarían relacionados posiblemente con la existencia de la amplia plataforma submarina actual. Las costas más abruptas hacia el sur sólo alojan a 3 puertos mientras que las del norte tienen 7. Al norte de la isla hay restingas, islas e islotes. El régimen de marea es mixto semidiurno con amplitudes variables como se indica para 2015 en B. Crossley nivel medio 1,58 m, en Caleta Brent 1,09 m y en isla Observatorio 1,74 m (SHN).
El clima en la isla es frío océanico con vientos dominantes del sudoeste y del sur como registran los datos históricos de Isla Año Nuevo 55° S – 64° O  53 m s.n.m. (fuente: Miller, A. 1951):

----
E
F
M
A
M
J
J
A
S
O
N
D
AÑO
At
T°C
7.5
7.5
7
5.5
4
3
1.5
3
4
4.5
5.5
5.5
5
6
ppmm
66
64
69
74
71
41
41
38
33
33
46
56
610
---

Infraestructura de guía y salvamento


La operabilidad del famoso faro cesa cuando es reemplazado por el de Año Nuevo en la isla Observatorio el 1 de octubre de 1902, un sitio donde funcionó hasta 1917 el antiguo Observatorio Magnético. Allí Dr. Jean Charcot corroboró los compases y aclimató a los perros que formaban parte de la campaña antártica francesa (1903-05). El nuevo faro tiene una estructura mixta de torre troncocónica con franjas horizontales negras y blancas de base de hormigón y el resto es metálico. La altura mide 23,5 m ubicado a 800m de la costa. El 25 de abril de 1985 fue electrificado con paneles solares y su alcance de luz blanca de 3 destellos cada 32 segundos es de 12,8 millas iluminando un sector de 94°. Actualmente ese espacio no está habitado y es Monumento Histórico Nacional por decreto n° 64/99 del poder ejecutivo nacional (29.01.1999) al igual que el antiguo faro San Juan de Salvamento. La pequeña isla donde se ubica el faro pertenece al grupo Año Nuevo compuesto por las islas: Observatorio, Elizalde, Zeballos, Goffré y el islote Gutiérrez. Todas tienen costas rocosas bordeadas de restingas y presentan baja altura (entre 5 y 8 m s.n.m.).



El antiguo faro de San Juan de Salvamento fue reparado en febrero de 2002 después de la donación de un símil que hiciera Francia en 1998 incorporándole paneles solares y un sistema electrónico que reemplazaron al aceite de colza y a los 6 hombres encargados de la custodia y el mantenimiento.



 
























En Pt. Cook existió un presidio militar desde 1899 del cual hoy sólo queda el cementerio para presos y náufragos cuyas cruces fueron reparadas en 2002. También se conserva la casilla de Eyroa que funcionaba como refugio de Luis Piedrabuena. El apostadero naval  que se localiza al este de la isla a 600 m s.n.m. en Pt. Parry, lleva el nombre de ese marino en su homenaje. Está integrado por una dotación de 4 personas que controlan y vigilan el espacio marítimo, se relevan cada 45 días y se comunican por radio con la base naval de Ushuaia. En otros tiempos la población insular fue mayor como lo informa el censo nacional de 1895 que declara la presencia de 56 habitantes distribuidos en 9 familias que habitaban 3 casas. En cambio, el tercer censo nacional de 1914 muestra el descenso de la población insular y la ausencia de familias puesto que se restringen a 25 personas (15 argentinos varones y 10 extranjeros varones).

El patrimonio arqueológico



La isla tiene una significativa importancia arqueológica porque se encontraron vestigios de presencia humana prehistórica en B. Flinders y B. Crossley. Las excavaciones realizadas por la expedición de la etnógrafa francesa Anne Chapman y la arqueóloga Victoria Horwitz en enero y febrero de 1982 permitieron descubrir restos de canoeros que habitaron en la isla en 3 oportunidades entre 2300 y 1500 antes del presente. En la costa sur de la isla hay un denso bosque de Nothofagus que habría brindado la materia prima para la confección de canoas que permitían la navegación entre los territorios insulares.

La reserva natural



La isla forma parte del Sistema Provincial de Áreas Naturales Protegidas establecido por ley provincial n° 272/96.
El artículo 54 de la constitución provincial de 1991 declara a la isla Patrimonio intangible y permanente de todos los fueguinos y además la designa como Reserva Provincial Ecológica, Histórica y Turística. La reserva tiene una superficie de 50.736 ha. y en 1998 el decreto provincial n° 2603/98 determinó el régimen de uso de carácter restrictivo limitado a la investigación científica.
El ambiente insular es de extrema fragilidad porque tiene sistemas ecológicos estrechamente interconectados y hasta inseparables de ahí la necesidad de una protección integral tanto del ambiente terrestre como del marino para así dar testimonio de la biodiversidad como lo hicieron los primeros pobladores cuando la llamaron “Chuainisin”, es decir, tierra de la abundancia. El bosque nativo que ocupa 17.000 ha es de tipo subantártico (según la clasificación de Skottsberg) o páramo magallánico (según Kuschel) tiene especies de canelos y de guindos que predominan  en la costa. El sotobosque está integrado por helechos, musgos y líquenes sobre un suelo de turbales y por encima de los 350 m s.n.m. crecen arbustos achaparrados, musgos y líquenes. Hay pastizal costero de tussok. Dispersas en el territorio se encuentran lagunas donde se acumula el agua de lluvia y de deshielo. La fauna terrestre fue introducida como los ratones de los guindales, las cabras, los ciervos colorados, las nutrias huillín y chungungo, los conejos y las ratas parda y negra. Integran la fauna marina autóctona las macroalgas, crustáceos, peces, moluscos, lobos marinos de uno y dos pelos, elefantes marinos del sur,  pingüinos de penacho amarillo (es el 26% de la población mundial de esta especie vulnerable) y de magallanes, petreles del sur, cormoranes de cuello negro, caranchos austral, cauquenes costero y remolineras antártica.

Ficción y realidad


La isla encarna además el escenario en la ficción como en la novela de Jules Verne (1905), El faro del fin del mundo. Una obra dramática que se enfoca en la violencia y la crueldad de los viajes marítimos de cazadores de cetáceos, pingüinos, focas y lobos marinos y de la frecuente presencia de piratas en el océano Atlántico sur. También la isla de los Estados fue protagonista en la prensa escrita como son los capítulos XXVIII al XXXVIII de un total de XL artículos periodísticos que el escritor Roberto J. Payró escribió durante un viaje a ésta y a las costas patagónicas y de Tierra del Fuego para el diario La Nación de Buenos Aires en 1898.

Edición Magasin d' education et de
recréation, Paris 1905



                           Edición Stanke, Quebec 1999


La novedad en el verano de 2015-16, de acuerdo a la noticia publicada por Ramonet, G. (corresponsal de Telam 12.11.15), es que el gobierno de Tierra del Fuego habilitó una temporada turística de baja escala, sólo 300 personas llegarán en el crucero rompehielos noruego National Geographic Explorer de mediano porte habilitado para hacer la travesía desde el puerto de Ushuaia y equipado con las últimas tecnologías de sonar, radar y comunicaciones. La mayoría de los visitantes a la reserva natural son extranjeros y están ligados a la actividad científica y al turismo. Están autorizados a bajar en Pt. Cook según el decreto 584/15 para recorrer un sendero de 500 m y la costa del lugar. En la temporada 2015-16 se realizarán sólo dos viajes entre octubre y abril por primera vez en la historia insular. Una Comisión Asesora de Isla de los Estados realiza un estudio de la zona desde el punto de vista logístico, turístico y científico. Ese trabajo servirá para elaborar un plan de manejo de la Reserva.
Además de la apertura de la reserva natural al turismo se publicitan, en el sitio web del Aeroclub de Ushuaia, vuelos de 3 ½ hs de duración a la isla bajo condiciones meteorológicas adecuadas desde abril de 2013.


Estos cambios en el manejo de la reserva natural, son de acuerdo al concepto de amenaza dado por Durán, D. (2012), una probabilidad de ocurrencia de un fenómeno ambiental perjudicial, con un cierto nivel de magnitud y en un espacio y tiempo determinados. Es decir, los viajes y los vuelos pueden ser eventos detonantes o desencadenantes de un impacto o desequilibrio sobre el rico patrimonio cultural y la biodiversidad de la isla si no se controlan y evalúan con rigor científico los resultados de esas visitas al término de cada temporada de verano.

Interdisciplinariedad en la práctica docente


El proyecto de enseñanza, aprendizaje y evaluación de un espacio geográfico como el que se presenta más arriba puede ser una motivación para un trabajo con un enfoque multidisciplinario didáctico-pedagógico dado el importante patrimonio histórico, arqueológico, ambiental, de biodiversidad y cultural que posee. Sería de interés convocar a varias disciplinas encarnadas en materias curriculares como geografía, historia, biología o literatura para elaborar un proyecto didáctico-pedagógico interdisciplinario a efectos que los alumnos confluyan  en la construcción de nuevos conocimientos reunidos en un informe final que puede demandar un trimestre de clases. Los objetivos fortalecerán el trabajo conjunto, respetando la diversidad de las vertientes teóricas y los múltiples procesos metodológicos que faciliten la interpretación del espacio y el enriquecimiento cultural de sus protagonistas. Además se promoverá la difusión de contenidos científicos y culturales al mismo tiempo que se formarán nuevos actores sociales para resolver  problemáticas que presenta el espacio geográfico. Se afianzarán los vínculos de complementariedad entre las asignaturas y se integrarán saberes que facilitan la construcción del conocimiento. Resulta así una enseñanza menos fragmentada, más coordinada, menos acumulativa, más comprensiva y eficaz. La cooperación orgánica entre los miembros del equipo directivo, docente y alumnos permitirá el enlace de conocimientos de las distintas disciplinas que se pondrán en acción ante problemas o situaciones que preocupan a la sociedad en un determinado territorio.



Bibliografía de consulta


Durán, D. 2012. Proyectos ambientales y sustentabilidad. Buenos Aires. Lugar.
Galimberti, D. 1993. Antártida. Una guía introductoria. Barcelona: Zagier & Urruty Publications.
Hlopec, R. et al. 2009. La reserva provincial Isla de los Estados. Su sistema natural y cultural. Ushuaia: Secretaría de Desarrollo Sustentable y Ambiente. Dirección de áreas Protegidas y Biodiversidad.
Lebedev, V. 1965. La Antártida. Buenos Aires: Cartago.
Miller, A. 1951. Climatología. Barcelona: Omega.
Payro R. 1898. La Australia Argentina. Excursión periodística a las costas patagónicas, Tierra del Fuego e Isla de los Estados. Buenos Aires: Publicado en notas de Diario La Nación.
Ponce, J.F. y Rabassa, J. 2012. Geomorfología glaciar de la isla de los Estados, Tierra del Fuego, Argentina. Revista de la Sociedad Geológica de España, 25 (1-2): 67-84.
Sánchez, R.A.  2007. Antártida. Introducción a un continente remoto. Buenos Aires: Albatros.
Vairo, C.P. 1998. La isla de los Estados y el faro del fin del mundo. Ushuaia: Zagier & Urruty Publications.
Verne, J. 1905 Le phare du bout du mond. Paris: Magasin d’education et de récréation.
Verne, J. 1999. Le phare du bout du mond. Montreal: Stanké.

Cartografía de consulta


Servicio de Hidrografía Naval 1982. Carta H 465 Isla de Año Nuevo- Observatorio Fondeadero 1: 5000, 1ª. Edición.
Servicio de Hidrografía Naval 1982. Carta  H 472 Bahía Crossley 1: 5000, 1ª. Edición.
Zagier, S. 2000. Isla de los Estados. Carta histórica 1: 125.000. Naufragios, faros, ruinas. Museo Marítimo de Ushuaia: Zagier & Urruty Publications.