jueves, 28 de diciembre de 2017

El impacto del cambio climático en los bosques milenarios de Sudamérica




             Hacia 2050 no sólo viviremos en un país más caluroso, menos lluvioso, más propenso a tormentas y con más días nublados. Una serie de paisajes se modificarán debido a la menor disponibilidad de agua y el avance de las zonas áridas, trasladando cultivos desde la zona central hacia el sur y disminuyendo la cobertura de nuestros bosques.
            Un estudio sobre el impacto del cambio climático en los bosques andinos de Sudamérica, publicado en la revista Journal of Geophysical Research, Biogeosciences (diciembre, 2016), analizó los anchos de los anillos de crecimiento del alerce y su variación frente a los cambios ambientales entre 1800 y 2010. El estudio de campo se realizó en el Parque Nacional Alerce Costero, donde hay ejemplares de alrededor de 3000 años, y en el Parque Alerce Andino, en el que existen individuos de más de 1500 años de antigüedad. Ambos parques se localizan en Chile, en las regiones de los Ríos y Los Lagos, respectivamente. En el Parque Alerce Costero los suelos son muy delgados y tienen muy poca capacidad para retener agua, además los veranos son mucho más secos por tanto el crecimiento disminuye mientras que en el Parque Alerce Andino, donde las condiciones son más húmedas y los suelos retienen mejor el agua los ejemplares están creciendo. Inmerso en el Parque Nacional Alerce Costero se encuentra un ejemplar de fitzroya cupressoides de 3500 años de edad considerado el más antiguo de ese país y de Sudamérica con un tronco que mide 4,26 m de diámetro y 11m de perímetro. En Chile está prohibida la tala de los alerces o lahuén (anciano en lengua mapuche) porque está considerado un recurso no renovable por su lento crecimiento pues en un año crece en promedio 3 cm de altura y 1 mm de diámetro. Patricio Pliscoff, académico del Departamento de Geografía de la Universidad de Chile, quien participó en el estudio que encargó el Ministerio del Medio Ambiente, explica que según el nuevo análisis, especies nativas como el alerce, la araucaria y el ciprés de las Guaitecas (especies de coníferas que conforman el llamado bosque resinoso característico del sur de Chile) tendrán más dificultades para adaptarse al nuevo clima debido a sus largos períodos de vida.



         No se discute que con la disminución de lluvias y de glaciares se presentará un déficit en la disponibilidad de agua. Uno de los sistemas que se proponen para contrarrestar este fenómeno es la construcción de grandes embalses a partir del agua proveniente del deshielo, una suerte de “reemplazo” de la función que hasta ahora cumplen los glaciares que desaparecen. La idea es que estos embalses puedan ir liberando agua de forma paulatina en los meses secos, ayudando a conservar saludables las cuencas de los ríos y manteniendo las reservas de aguas. Todo esto también ayuda a atenuar la desaparición de los bosques y a conservar los ecosistemas que los sostienen. 
             El Parque Nacional Alerce Andino fue creado el 17 de noviembre de 1982 mediante el DS n.° 735 del Ministerio de Bienes Nacionales. Tiene una superficie de 39.255 hectáreas. Se ubica en la provincia de Llanquihue, en las comunas de Puerto Montt y Cochamó, entre el seno y el estuario de Reloncaví, en la zona montañosa que se extiende al sur del lago Chapo. Este parque forma parte de la Reserva de la Biósfera Bosques Templados Lluviosos de Los Andes Australes. La formación vegetal predominante es el bosque constituido por los tipos forestales alerce, siempreverde, coigüe de Magallanes y lenga. La especie con mayor representatividad es el alerce, que se presenta casi en 20.000 hectáreas del parque, desarrollándose de preferencia sobre los 400 m snm y asociada al coigüe de Chiloé, tineo, mañío y canelo. En tanto, en su fauna se destaca la presencia de los mamíferos como el pudú, puma, güiña, zorro gris, chingue, y monito del monte. Entre las aves están el cóndor, el carpintero negro, el huet huet, el martín pescador, el peuco, el pato real, el caiquén, el cachudito y la torcaza. La especie de pez nativo es la percatrucha.

 Impactos

            Durante el siglo XX y debido a las extraordinarias propiedades de durabilidad y maleabilidad de la madera de alerce, estos bosques fueron fuertemente explotados. En el Parque Nacional Alerce Costero es posible encontrar más de 20 sitios relacionados con la ya desaparecida explotación del alerce, que corresponden a aserraderos, puentes y campamentos de trabajadores madereros abandonados, siendo estas construcciones la evidencia material del pasado de esa zona. La historia de muchas familias que habitan hoy los poblados cercanos al Parque están vinculadas a estos sitios, lugares donde alguna vez se desarrollaron faenas de tala que constituyeron importante fuente de trabajo, lo que a su vez determinó en gran parte el repoblamiento de la Cordillera de la Costa Valdiviana. Cuando se declaró Monumento Nacional y se prohibió la tala de alerces vivos, madereros y agricultores inescrupulosos comenzaron a quemar bosques enteros para poder seguir comercializando su madera y a la vez abrir terrenos para plantaciones agrícolas.

           Distinción en Argentina

 
                  El Parque Nacional Los Alerces se encuentra en el noroeste de la provincia de Chubut, a 50 km de la ciudad de Esquel y a 25 km de Trevelin, sobre el límite internacional con Chile, y forma parte de la Reserva de Biósfera Andino Norpatagónica (UNESCO), integrada además por los Parques Nacionales Lago Puelo, Nahuel Huapi, Los Arrayanes y Lanín y por territorios provinciales de Río Negro y Chubut. Posee una superficie de 259.570 hectáreas pertenecientes a la ecorregión de Bosques Patagónicos según la clasifica la Administración de Parques Nacionales. El Decreto Nº 105.433 de 1937 fijó para distintos territorios en la Patagonia andina la condición de reservas con destino a la posterior creación de Parques Nacionales. Uno de dichos territorios fue el de la Reserva de los Alerces. En abril de 1945, a través del Decreto Ley Nº 9504, ratificado por la Ley Nº 13.895, se declaraba Parque Nacional a varias reservas y entre ellas a la Reserva Los Alerces, la cual a partir de ese momento, asumió la categoría de Parque Nacional. El 7 de julio de 2017 la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) declaró, en la 41a. sesión que se llevó a cabo en la ciudad de Cracovia, Polonia, Sitio de Patrimonio Mundial a 188.379 hectáreas del Parque Nacional Los Alerces, de las cuales más de siete mil protegen Bosques Milenarios de Alerces (Fitzroya cupressoides), con ejemplares que alcanzan 2.600 años de existencia. La distinción se basa en que el Parque alberga un bosque milenario con valor universal excepcional, por ser el alerce la segunda especie viviente más longeva del planeta, y en la particular belleza natural del entorno. Otra característica distintiva del Parque Nacional Los Alerces radica en que es una pieza clave y fundamental para conservar los ecosistemas boscosos de la porción más austral y oriental de los Bosques Templados Valdivianos, una ecorregión considerada por los científicos como prioritaria y sobresaliente para la conservación a escala mundial. Asimismo, el área protegida alberga otras especies amenazadas, como es el caso del huemul, en un entorno de imponentes montañas con hielos y nieves eternas que conmueven los sentidos y manifiestan una majestuosa naturaleza. En marzo de este año se finalizaron las obras sustentables en el emblemático alerzal, que incluyeron la renovación total del histórico circuito, con nuevos puntos de observación, áreas de descanso y refugio para el visitante, con lo que se mejoró tanto la calidad como la accesibilidad de la experiencia y se potenció el mensaje para generar conciencia ambiental. Este recorrido exclusivamente pedestre de dos kilómetros por la selva valdiviana ofrece un sistema de información que incluye 12 grandes paneles interpretativos que destacan la importancia de conservar la biodiversidad, las características especiales de este ambiente y la función de los parques nacionales.
           

 El cambio climático y el impacto en los bosques en la práctica docente

         El experto forestal y en cambio climático, Dieter Schoene, perteneciente a FAO, expresa que “Las autoridades forestales deberían evaluar la vulnerabilidad de sus bosques y examinar si las especies de árboles están reaccionando ante los fenómenos meteorológicos extremos".
         En los países en desarrollo el Programa de Acción Nacional de Adaptación, puesto en marcha por el Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, puede hacer evaluaciones de vulnerabilidad de los bosques. Este programa ayuda a los países pobres a determinar las medidas prioritarias necesarias para adaptarse a los efectos negativos del cambio climático.
        Sería de interés que los docentes planifiquen una guía de actividades que tengan como objetivos investigar la normativa legal de protección de los bosques en el país así como las medidas que estén vigentes para mitigar los impactos que causa el cambio climático. Los estudiantes deberían conocer esas normas y asumir el compromiso de cuidar el ambiente como futuros ciudadanos.


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