miércoles, 28 de noviembre de 2018

El impacto social y ambiental de las plantaciones de bananos



Los bananos son uno de los alimentos básicos más importantes del mundo por su valor nutricional y porque mejoran el rendimiento de los atletas dado que proporcionan un estímulo energético rápido, tienen alto contenido de potasio y vitaminas C y B6. Además brindan una alta inmunidad para las enfermedades degenerativas del corazón, la presión arterial e incluso el cáncer.
El país exportador más importante es Ecuador. Allí se conocen más de 50 variedades, pero sólo se exporta una, la Cavendish. En los últimos años un hongo amenaza la producción mundial de esta fruta. Los productores de banano se concentran principalmente en las provincias de El Oro, Guayas y Los Ríos, las mismas que abarcan el 41%, 34% y 16% de los productores, respectivamente. En la provincia de El Oro se sitúan la mayor parte de los pequeños productores de banano del país (aproximadamente 42%), mientras que los grandes productores principalmente en las provincias de Guayas y Los Ríos.La oferta de Ecuador al mundo abarca a países de la Unión Europea, Rusia, Estados Unidos, Argentina y Turquía entre los más importantes. 







          Las políticas sociales y laborales en el Ecuador han llevado a una mejora sustancial de las condiciones de vida en este importante sector agrícola. Entre 2003 y 2010, se ha emprendido un trabajo intensivo de monitoreo del trabajo infantil en el sector bananero y de mejora de la calidad de vida de los trabajadores, a través de la actividad del Foro Social Bananero, institución creada por miembros del sector público y privado. La lucha por la erradicación del trabajo infantil en este sector forma parte del Plan Nacional de Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil, mediante el cual se han recuperado en los últimos años a miles de niños y adolescentes. En 2007, el 12,5% de los niños y adolescentes en el país estaban trabajando, mientras que en 2015 este porcentaje cayó al 5,9%. Los mayores esfuerzos en esta área se han centrado en basureros, mataderos, plantaciones de banano, granjas de camarón y granjas de flores.
El Ministerio de Trabajo lleva a cabo inspecciones periódicas de plantaciones de banano para asegurar el cumplimiento de los derechos laborales en el sector, especialmente los relacionados con el trabajo infantil, los derechos de las personas con discapacidad y el control de la salud de los trabajadores.
El Ministerio de Trabajo emitió a finales de 2015 un contrato específico para el sector bananero, que garantiza condiciones estables y una remuneración justa y adecuada para los trabajadores de este sector.
Del cultivo de banano dependen millones de personas en todo el mundo, muchas de estas mujeres. Las mujeres son clave en la producción de esta fruta, sin embargo, para cientos de miles el trabajar en plantaciones de cultivo puede significar enfrentar constante inestabilidad, inequidad y discriminación.
En Latinoamérica las mujeres representan cerca del 7% de la fuerza de trabajo. Usualmente son contratadas a través de contratos a corto plazo que ofrecen poca estabilidad debido a que muchos empleadores perciben a las mujeres como de “alto costo y alto riesgo”. Incluso en algunos países las mujeres deben presentar certificados que demuestren que no están derechos no son respetados.
Además, existen casos en donde las mujeres son obligadas a trabajar hasta 14 horas al día sin pagos adicionales y muchas veces sin la libertad de organizarse en sindicatos. Las mujeres son despedidas por quedar embarazadas, no tienen derechos ante o post natales y el uso de agroquímicos tóxicos las pone en alto riesgo a las mujeres embarazadas y madres lactantes con graves impactos negativos para sus hijos. También, por creencias culturales las mujeres son restringidas a tareas de empaque o similares. No se capacitan como los hombres para trabajos más calificados y mejores pagos. Esto provoca que las mujeres ganen menos que los hombres. Otro problema es el acoso sexual que sufren en el trabajo. Acción que muchas veces es justificada y normalizada como algo parte de la cultura. Sin embargo, hay avances. Los productores con certificaciones Fairtrade deben seguir estándares con reglas básicas designadas para empoderar a las mujeres. Éstas abarcan un gran rango de asuntos como condiciones laborales e igualdad de género. Además, parte del premium que se paga por los productos Fairtrade van a cooperativas con programas de igualdad de género que apoyan la distribución justa del trabajo entre hombres y mujeres y luchan contra los estereotipos de las mujeres trabajadoras.
El Ministerio de Medio Ambiente, en coordinación con el Ministerio de Agricultura
y Ganadería, y el Ministerio de Salud, ha realizado esfuerzos significativos para controlar el uso adecuado de los plaguicidas y una adecuada gestión ambiental durante los procesos de producción bananera, proteger el medio ambiente y la salud de los residentes de las zonas productoras.
Además, AGROCALIDAD, garantiza la calidad de los bananos para el consumo y la exportación, así como para asegurar la salud de las poblaciones que viven junto a los cultivos bananeros. Se ha establecido un sistema de control en el país registra los productos químicos utilizados para el control de diversas plagas de cultivos, en base a la Decisión 804 de la Comunidad Andina, en el ámbito de cultivo y toxicología, así como en el análisis y definición de varios aspectos del uso y manejo adecuado de esos productos.



Adolfo Maldonado, médico tropicalista y responsable de investigación, salud y ambiente de la organización Acción Ecológica, precisa que los químicos utilizados no sólo causan problemas a corto plazo en la piel, ojos y pulmones, sino que también provocan "un daño genético muy importante", como el incremento de los casos de cáncer jóvenes y adultos, malformaciones congénitas y hasta abortos. En promedio, el número de fumigaciones ha aumentado de 22 a 45 por año por plantación en Ecuador. Esto quiere decir una aplicación por semana, según el informe de Alexander Naranjo. Las lesiones físicas y perceptibles más inmediatas no son las más graves, según el epidemiólogo Jaime Breilh, rector de la Universidad Andina en Quito y autor de varios estudios sobre los efectos de las aspersiones de plaguicidas en la salud de los trabajadores bananeros. Jaime Breilh explica que es posible que el componente cancerígeno no se manifieste de inmediato, pero podría manifestarse uno o incluso diez años más tarde, según lo nocivo que sea.
Una cosa es el daño que provoca un pesticida en particular, y otro el método que se aplica para fumigar las plantaciones. Aproximadamente una vez a la semana una avioneta sobrevuela sobre cada una de las plantaciones de la región haciendo círculos lo suficientemente anchos como para llegar a todos las matas y esto hace que algunas veces caiga también parte del pesticida sobre las poblaciones.
La UE reconoce que la fumigación aérea puede tener graves consecuencias negativas para la salud humana, y trata de evitar estas secuelas sobre los ciudadanos de la UE, gran cliente de las exportaciones bananeras de Ecuador. Por lo tanto, desaconseja la fumigación aérea de cultivos con pesticidas, a menos que existan condiciones excepcionales que hagan que la fumigación sea una ventaja en lugar de un riesgo para los humanos y el ambiente.
         Sin embargo, en el caso del banano, corren riesgos para la salud, tanto los consumidores europeos al consumir un producto rociado con pesticidas nocivos, como los propios trabajadores de esta industria o los familiares que viven con ellos.




El Ministerio de Agricultura fomenta la producción de bananos orgánicos, especialmente a nivel de pequeños productores, tanto para promover la protección al ambiente y la salud de los agricultores como para ayudarles a crear valor agregado para entrar en mercados exigentes.
El banano orgánico o también conocido como banano ecológico o biológico es producido bajo cumplimiento de las normas de producción de certificaciones válidas. Se cultiva en sistemas agrícolas que conservan o recuperan la fertilidad del suelo y la salud de los cultivos sin utilizar plaguicidas convencionales, fertilizantes artificiales o transgénicos. Algunas certificaciones del banano orgánico son Norma Orgánica Ecuatoriana, Fair Trade, Global-CAP, NOP-USDA o Normas Orgánicas de La Unión Europea. Estas especificaciones o requerimientos adicionales causan que el cultivo de banano orgánico requiera mayores cuidados y tenga mayores costos de producción. Pero también es muy demandado y se vende a un precio mayor que el banano convencional. Se usan abonos orgánicos como pulpa de café para suplir las necesidades de nitrógeno en el cultivo. Para el manejo de plagas tampoco se usan productos químicos sintéticos, por el contrario se usan técnicas de control biológicas o productos certificados en prácticas orgánicas para el manejo de plagas. Además, una vez cortados los racimos se lavan a presión para eliminar cochinillas o escamas. También se usan fundas especiales, que protegen los racimos durante su desarrollo, tratadas con compuestos de menta para repeler a los insectos. Finalmente, para exportar el banano orgánico, las coronas de los racimos son tratadas con compuestos a base de limón que ayudan a controlar las enfermedades en la corona. 
En Ecuador es escaso el acceso a recursos para invertir en nutrientes, certificados y sistemas de riego de punta y existen pocas investigaciones sobre técnicas de producción orgánicas. Son desafíos importantes en especial para los pequeños productores.
        También, la competencia por el mercado mundial de banano orgánico es cada vez mayor. Países como Vietnam están conquistando varios mercados importantes y en Perú están apostando fuertemente por desarrollar más la producción de banano orgánico.


Fuentes

 PROECUADOR
Ministerio de Agricultura y Ganadería, – MAG
MAG / Departamento de Banano
MAG / AGROCALIDAD
Ministerio de Ambiente – MAE
Ministerio de Trabajo – MDT
Asociación de Exportadores de Banano – AEBE

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