Los productos orgánicos se obtienen con el manejo
responsable de un sistema agropecuario que produce alimentos y derivados sanos,
no daña el ambiente a la vez que preserva los recursos naturales. Se aplican
técnicas que mantienen la fertilidad del suelo y la biodiversidad mediante el respeto de los ciclos naturales
de los elementos y de los seres vivos. Se prohíbe el uso de productos químicos
y de organismos genéticamente modificados.
Este tipo de
producción se convierte en una muy buena alternativa para mejorar los ingresos
de los productores y de la agricultura familiar, es por ello que es una
responsabilidad ineludible difundir sus beneficios y favorecer su
implementación. Si bien la oferta es pequeña se debe potenciar con políticas
que fomenten y ayuden a los productores porque la demanda crece y no se
satisface salvo en lugares muy concentrados. La capacidad de innovar en materia
de herramientas de promoción y difusión será decisiva, en especial por ser un
sector constituido mayoritariamente por pequeños y medianos productores.
El sector de productos orgánicos
cuenta con la ventaja, respecto de los tradicionales, de que se está
manifestando un gran crecimiento de la oferta de productos orgánicos elaborados
en el mundo. Por lo cual, en la Argentina queda abierta la posibilidad de
desarrollar un amplio potencial de productos de alto valor para ser colocados
en los mercados demandantes.
En conclusión, si bien el sector
se viene desarrollando desde hace varios años, en nuestro país existen amplias
posibilidades de incrementar y diversificar la producción debido a una gran
demanda insatisfecha y al potencial de producción (por ventajas comparativas y
competitivas).
De acuerdo a
la propuesta del Dr. Ing. Agr. W. A. Pengue, experto en Agroecología,
Sociología y Desarrollo Rural Sostenible de la UNC, se debería cambiar el
paradigma latinoamericano de la relación campo-ciudad. Por el incremento de la
urbanización. La geofasia es un proceso que avanza hacia nuevos territorios donde
se depredan los recursos naturales para el desarrollo de la explotación
agropecuaria industrial.
El investigador sugiere la creación de escudos verdes como una alternativa de consumo de productos más sanos porque aún el precio de éstos es alto y poco accesible a todos los consumidores. Sostiene que es necesario compatibilizar la actividad agropecuaria orgánica con la economía social y solidaria no sólo para aquellos que tienen dinero para alimentarse de manera sana. En el tiempo, los escudos pueden limitar también la expansión urbana mediante una legislación que reordene todo el territorio. Las retenciones o impuestos a la exportación de la producción de la agroindustria son instrumentos de política ambiental o socioambiental: un instrumento regulador. El científico indica que Argentina lo tuvo y lo usó mal y aclara que se pudo haber destinado para ordenar el territorio, reinyectar recursos, promover programas de base orgánica que fomentaran la agricultura familiar. Existen distintas normativas para alimentos orgánicos a nivel internacional entre ellas el reglamento 834/2007 del Consejo de la Unión Europea; el National Organic Program de USA; el Japanese Agricultural Standard of Organic Products (JAS) y las normas de Federation of Organic Agriculture Movements (IFOAM).
En Argentina
está reglamentada la producción orgánica y hay un sistema de control de la
producción vegetal y animal con la ley 25127/ 1999, los decretos 97/2001 y
206/2001, las resoluciones SENASA 374/16 y SAGyP 1291/2012 y las notas aclaratorias
25970605/2017, 26466664/2017, 28408075/2017, 14/2017, 54/2017, 62/2017,
108/2016. Los productos orgánicos en Argentina se encuentran
identificados en su rótulo con el sello “Orgánico Argentina”. Este
logo surge a través de la Resolución 1291/2012 e identifica a los productos que
garantizan su calidad orgánica. Mediante la certificación de sus sistemas
productivos y posterior elaboración, permitiendo su rotulado como “Orgánico”,
“Ecológico”, “Biológico”, “Eco” o “Bio”.
El Servicio
Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) es la autoridad
competente en la fiscalización del cumplimiento de la normativa oficial sobre
la totalidad del proceso productivo-comercial. A su vez, habilita a entidades
certificadoras para el control de los operadores que son quienes producen,
elaboran y comercializan los productos orgánicos. Controla a las entidades
certificadoras a través de auditorías y de inspecciones a los operadores,
brindando transparencia, asegurando la calidad y cumpliendo con las exigencias
internacionales.
Los orígenes
de la producción orgánica en Argentina son muy recientes. En 1985 se creó el
Centro de Estudios de Cultivos Orgánicos (Cenecos).
En 1992 se llevó a cabo una
mejora fundamental del sector, cuando el Gobierno, a través del Instituto
Argentino para la Sanidad y Calidad Vegetal (IASCAV) y el Servicio Nacional de
Sanidad Animal (SENASA) establecieron regulaciones para el ordenamiento del
Sistema Nacional de Control de Productos Orgánicos. Estas normas nacionales, se
basaron en las directrices existentes elaboradas por IFOAM y la Comunidad
Europea (CE). A mediados de 1992, Argentina presentó una solicitud a la
Comisión Europea para que se le incluyera en la lista de equivalencia de
terceros países en virtud de lo previsto en el Reglamento No. 2092/91 del
Consejo de la CE. Se logró su inclusión en una lista provisional de terceros
países a finales de 1992, se trataba de una importante conquista. En 1996 logró
su inclusión oficial. Obtenida la condición de tercer país, las exportaciones
argentinas de productos orgánicos a la CE, por tradición uno de los principales
mercados de exportación para Argentina, aumentaron considerablemente. La expansión
del sector orgánico se aceleró, con tasas de crecimiento anuales de más del
100% durante la segunda mitad de la década del noventa.
En el mercado local, el consumo de productos orgánicos sigue mostrando una muy baja participación del volumen total comercializado, aunque con mayor presencia en ferias urbanas y pequeños comercios. Según datos de SENASA principales destinos de los productos orgánicos argentinos en 2017 siguen siendo las exportaciones a los EEUU 45% y a la Unión Europea 40%.
Respecto al año anterior creció
principalmente la exportación de productos industrializados y derivados,
sosteniendo dicha tendencia a lo largo de los últimos 5 años. Las frutas se
mantienen en los mismos niveles desde hace 5 años, los cereales siguen
perdiendo presencia y las oleaginosas, por el contrario, siguen aumentando.
Durante el año 2017 la superficie orgánica cosechada presentó una caída respecto al año anterior del 8%. Mostraron un fuerte crecimiento los cultivos frutales (64%) y una caída los cereales y oleaginosas (24%). En ese año se cosecharon de producción orgánica 77.042 ha en total. Si bien es menor a la superficie del 2016, la misma se ubicó por encima del promedio de los últimos 5 años.
Las provincias de Buenos Aires, Salta, Jujuy y Entre Ríos mostraron las mayores disminuciones de superficie cosechada. Mendoza, Tucumán y Neuquén fueron las que más crecieron.
Las provincias de Buenos Aires, Salta, Jujuy y Entre Ríos mostraron las mayores disminuciones de superficie cosechada. Mendoza, Tucumán y Neuquén fueron las que más crecieron.
Por otra parte, los cultivos de chía, trigo y
maíz fueron los que más disminuyeron, mientras que el cultivo de manzana fue el que más creció. Igual que en
los años anteriores, los principales cultivos orgánicos cosechados pertenecen
al grupo de los cereales y oleaginosas y en segundo lugar, están los cultivos
industriales.
N° de
establecimientos de producción orgánica en las principales provincias
|
2016
|
2017
|
Total
|
1148
|
1157
|
Río Negro
|
212
|
240
|
Misiones
|
206
|
143
|
Mendoza
|
149
|
175
|
Buenos Aires
|
145
|
146
|
Fuente: SENASA
La superficie bajo seguimiento orgánico en el
país durante el año 2017 fue de 3,2 millones de hectáreas , aumentando respecto
al año anterior un 12%. De esta superficie, unas 2,9 millones de hectáreas se
dedicaron a la producción ganadera y 203 mil hectáreas correspondieron a
superficie destinada a producción vegetal. El número total de explotaciones
agropecuarias bajo seguimiento orgánico no mostró un cambio significativo (1%).
A nivel provincial se destacó el aumento en las provincias de Río Negro y
Mendoza, y la disminución en Misiones y Entre Ríos.
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