miércoles, 28 de febrero de 2018

Nueva amenaza en el fondo oceánico




“-Veo, capitán, que la naturaleza le sirve siempre y en todas partes. Se halla usted aquí en total seguridad, pues nadie más que usted puede visitar estas aguas. Pero ¿para qué este refugio? El Nautilus no tiene necesidad de puertos.
-Así es, señor profesor, pero sí necesita de la electricidad para moverse, y por lo tanto, de elementos para producirla, como el sodio, y de carbón para fabricar el sodio, y de hulleras para extraer el carbón. Y precisamente, aquí, el mar recubre bosques enteros sumergidos en los tiempos geológicos, ahora mineralizados y transformados en hulla, que son para mí una mina inagotable. 
-Entonces, sus hombres ¿se transforman aquí en mineros?
-Sí. Estas minas se extienden bajo el agua como las minas de Newcastle. Revestidos de sus escafandras y pico en mano mis hombres van a extraer esta hulla. Como ve, no necesito tampoco de las minas de la tierra para su obtención. Al fabricar aquí el sodio, el humo producido por la combustión de la hulla que escapa por el orificio del cráter debe darle a esta montaña la apariencia de un volcán aún en actividad.
-¿Podremos ver a sus hombres en actividad?
-No, no esta vez, al menos, pues quiero continuar sin demora nuestra vuelta al mundo. Esta vez voy a limitarme a embarcar las reservas de sodio que aquí tenemos. Las operaciones de carga no nos llevarán más que un día, y luego reemprenderemos el viaje. Si quiere usted recorrer la caverna y dar la vuelta al lago puede aprovechar esta jornada, señor Aronnax.”
                               Verne, J. 1998, Veinte mil leguas de viaje submarino. Sgo. De Chile: Edit. Andrés Bello. Segunda parte: Cap. X : Las hulleras marinas.

        “Podemos ver Marte a través de un telescopio, pero sólo apreciamos unos metros de la profundidad del mar desde la superficie”, señala Kim Juniper, investigador en el departamento de Biología de la Universidad de Victoria (Canadá).

        El mar contiene el 60% de los 103 elementos químicos clasificados y concentra hasta 10 veces más minerales que la superficie continental. Sin duda, “es un negocio rentable”, expresa L.M. Somoza, investigador y coordinador científico para la extensión de la Plataforma Continental española del Instituto Geológico y Minero de España (IGME). La minería marina, importante para la tecnología informática, de circuitos o de chips, tiene varias líneas de trabajo abiertas. El petróleo, el gas natural, los hidratos de gas, los nódulos de manganeso, las costras ricas en cobalto, los sulfuros masivos ricos en hierro, zinc, níquel, oro o cobre, los áridos y los yacimientos ricos en titanio, tierras raras, estaño y diamantes, son los recursos minerales que se encuentran en los fondos marinos.


          En la actualidad, cualquier actividad minera que se realice en los océanos pasa por la aprobación de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISBA, en sus siglas en inglés), un organismo científico y jurídico que controla las áreas fuera de los límites económicos de los países en el marco de la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar ratificada en 1994 por 154 países y que cuenta ahora con 160 miembros en la sede en Kingston, Jamaica.
         La explotación minera del fondo del océano es muy lenta, costosa y sucede en un área muy pequeña. Sin embargo, existe cierta preocupación por los seres vivos que se encuentran en áreas hidrotermales donde estas especies sólo habitan en unos pocos cientos de metros cuadrados. El problema surge cuando existen intereses económicos en estas áreas de depósitos minerales.
         Para evitar la extinción de especies que ni siquiera se conocen aún, la solución es la educación. Aparte de conocer esta gran biodiversidad, se debe saber cómo las actividades industriales pronto afectarán al medio marino pero la protección no sólo procede de la ciencia, también es una decisión política.

        La zona de interés comercial más estudiada es la de Clarion-Clipperton en el Pacífico Oriental, que se encuentra a profundidades de entre 3.500 y 5.500 metros. Solamente este yacimiento contiene más níquel, manganeso y cobalto que todos los recursos terrestres juntos. Otras zonas de potencial interés son la cuenca central del océano Índico y las zonas económicas exclusivas de las Islas Cook, Kiribati y Polinesia Francesa.


       Los sulfuros polimetálicos (también denominados sulfuros masivos del lecho marino o SMS) son ricos en cobre, hierro, cinc, plata y oro. Los depósitos se encuentran en los bordes de las placas tectónicas situadas a lo largo de las dorsales centroceánicas, las crestas de retroarco y los arcos volcánicos activos, normalmente a profundidades de unos 2.000 metros con respecto a las dorsales centroceánicas. Estos depósitos se formaron durante miles de años por efecto de la actividad hidrotermal, conforme los metales precipitados presentes en el agua eran expulsados de la corteza terrestre por fuentes termales cuya temperatura llegaba hasta los 400ºC. Debido a los penachos negros que genera la actividad, estas fumarolas submarinas suelen denominarse "chimeneas negras". Las fumarolas submarinas activas forman ecosistemas únicos. Las bacterias quimiosintéticas, que utilizan el sulfuro de hidrógeno como fuente de energía, constituyen el primer eslabón de la red alimentaria de la fumarola, que se compone de una variedad de anélidos tubículos gigantes, crustáceos, moluscos y otras especies. Muchas de las especies de las fumarolas se consideran endémicas de estos emplazamientos, por lo que se considera que los hábitats de las fumarolas submarinas tienen un valor científico intrínseco.
       Las costras cobálticas se acumulan a profundidades marinas de entre 400 y 7.000 metros, en los costados y en las cimas de los montes submarinos. Se forman por la precipitación de minerales presentes en el agua de mar y contienen hierro, manganeso, níquel, cobalto, cobre y otros elementos metálicos y tierras raras. A nivel mundial, se calcula que puede haber hasta 100.000 montes submarinos de más de 1.000 metros, aunque relativamente pocos resultan adecuados para la extracción de costra cobáltica. La zona de prospección de costra cobáltica más prometedora se encuentra en los montes submarinos de Magallanes en el océano Pacífico, al este del Japón y las Islas Marianas.



      Greenpeace exige que no se autoricen licencias para la minería del fondo marino y que ninguna exploración o explotación sea realizada, a menos, y hasta tanto, todos los diferentes hábitats marinos, biodiversidad y ecosistemas sean adecuadamente protegidos. La situación crítica del ambiente oceánico exige a los gobiernos que acuerden la creación de reservas marinas para proteger a los ecosistemas en riesgo.
      La empresa responsable de hacer realidad la visión de JulioVerne en 1869-70 se llama, Nautilus Minerals y es de origen canadiense. Fue creada para la exploración del lecho marino en busca de sistemas masivos sulfurados (SMS por su sigla en inglés: Seafloor Massive Sulphide), más conocidos como nódulos marinos en el mundo minero, para su explotación a escala comercial.
        En 2018 la empresa tiene definido y explorado el primer proyecto. Se conoce como Solwara 1, ubicado en aguas territoriales de Papúa Nueva Guinea y –desde 2011– la compañía cuenta con los permisos necesarios de parte de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos y del gobierno de ese país. El depósito se encuentra a un profundidad media de 1.600 metros. Nautilus Minerals dispone, además, de planes de desarrollo para otras áreas de Papúa Nueva Guinea y también en Fiji, Tonga, las Islas Salomón, Vanatu y Nueva Zelanda en el Pacífico Occidental.
        Como se sabe, el lecho marino de Chile y de Perú tiene importantes recursos mineros en nódulos marinos, los que se conocen desde hace varias décadas, como lo ha informado MINERÍA CHILENA. El área contiene un importante recurso inferido de nódulos polimetálicos de níquel, cobre, cobalto y manganeso. La empresa ha hecho importantes campañas de exploración en estos territorios para entender el potencial del recurso y construir sus reservas viables de ser explotadas.Estas campañas se desarrollaron entre 2007 y 2013 y permitieron caracterizar estos nódulos marinos con contenidos de 1,2% de níquel, 1,1% de cobre, 0,24% de cobalto y 26,9% de manganeso.
         La campaña de perforación del yacimiento Solwara 1 entregó resultados muy auspiciosos, que indican una ley de 7,2% de cobre, 6,4 gt de oro, 34 gt de plata y 0,9% de zinc. Fue este conocimiento geológico el que le permitió a la empresa elaborar su plan de desarrollo comercial. El proyecto Solwara 1 tiene una vida útil proyectada de tres años, en los que espera producir entre 70.000 y 80.000 toneladas de cobre por año y unas 120.000 onzas de oro, dependiendo de que se cumplan las estimaciones hechas por los geólogos y que las condiciones de operación se ajusten a los parámetros de diseño. La inversión de Nautilus Minerals al momento de la puesta en operaciones de Solwara 1 habrá totalizado una cifra del orden de los US$ 500 millones.
      Nautilus Minerals utiliza tecnología probada previamente por las industrias del petróleo y el gas, y también de dragado marino, como otras propias de la actividad minera tradicional. Como resultado de ello, se definieron tres componentes principales del sistema de explotación: las herramientas de producción del lecho marino (SPT, Seafloor Production Tools), el sistema de levante del mineral (RALS, Riser and Lifting System) y el navío de soporte de la producción (PSV, Production Support Vessel).
      Se diseñaron también otras herramientas de apoyo, tales como el cortador auxiliar (AC, Auxiliary Cutter) y el cortador principal (BC, Bulk Cutter). Estas dos máquinas están diseñadas para cortar y recolectar el mineral en el fondo marino, para que una tercera unidad, llamada máquina colectora (Collecting Machine), lo succione como pulpa desde el fondo marino para transportarlo mediante una tubería flexible, hacia la bomba de fondo marino y desde allí a la nave de producción mediante el sistema RALS.
       Allí, después de remover el agua de la pulpa, ésta se traslada a una nave de acopio que dispone de bodegas donde se hace el almacenamiento temporal, para después traspasarla a un barco granelero que llevará el mineral a China.
     Varias empresas de reconocida trayectoria (Sandvik, Caterpillar, Damen, Bosch Rescroth, ContiTech AG) han participado en el diseño del equipamiento de producción submarina.



Bibliografía y sitios web de consulta:

Columbia Center on Sustainable Investment 2016: Cartografía de la minería en relación con los objetivos de desarrollo sostenible: un atlas.

Drew, L. W. 2009 “ The promise and perils of seaflor mining” en Wood Hole Oceanographic Institution: Oceanus Magazine, Vol. 47, N°3, Dec. 2009.






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