La organización del espacio que realiza cada sociedad
refleja el estadío de desarrollo, la desigualdad, la diversidad cultural, la
inclusión o la exclusión de sus miembros. Es posible analizar e interpretar las
causas de esa organización con las herramientas más diversas y enriquecedoras
en la práctica docente: las imágenes satelitales, las fotografías, la
cartografía, las películas, los diarios, los libros y las estadísticas. Éstas
últimas muchas veces rechazadas porque no se entienden o no se valoran en su
justa medida. Sin embargo, el dato numérico aclara un concepto o da el ejemplo
que se necesita para comparar, analizar, interpretar y sacar conclusiones de
una realidad. En esta oportunidad nos aplicamos a los conceptos de desigualdad
e inclusión así como las consecuencias socio-económicas que impactan a nivel
local, regional, nacional y global.
Imagen obtenida de Google earth de la villa 31 y 31 bis, CABA el 15.09.15
Fotografía de la villa 31 y 31 bis que se localiza alrededor de la autopista Illia, CABA.
Imagen obtenida de Google earth de Puerto Madero, el barrio más caro y más custodiado de CABA, el 15.09.15.
Fotografía del skyline y del puente de la Mujer en Puerto Madero.
En tal sentido, el sociólogo François Dubet (2015) expresa
que el modelo de integración que se desarrolló entre 1900 y 1980 está acabado
en el mundo, tal como sucede en los países más ricos y más liberales, por
ejemplo Estados Unidos y Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Recuerda
que aquel modelo consideraba a la igualdad social como las condiciones de
vida suficientemente próximas para que los miembros de una sociedad tengan el
sentimiento de vivir en el mismo mundo y ser solidarios y dependientes los unos
de los otros. Para que esto hoy sea posible, las políticas sociales
deberían ser eficaces, asuman una dimensión simbólica y pongan en evidencia los
mecanismos de la solidaridad. Y proclama que las ciencias sociales deben
colaborar a la reflexión y los debates para señalar a cada uno sus
responsabilidades porque no sólo somos víctimas de desigualdades sociales sino
también sus autores. Por otro lado, Danny Dorling (2011) señala que una
sociedad de consumidores se beneficia de la desigualdad y ejemplifica que
mientras en los años del colapso del crédito, se incrementó la depresión
económica y el aumento del desempleo aunque el número de multimillonarios en
Estados Unidos alcanzó un record pues sus riquezas pasaron de 3500 miles de
millones en 2007 a 4500 miles de millones en 2010. En sintonía con esa
realidad, Zygmunt Bauman (2014) afirma
que la brecha de la riqueza se ha disparado, pero sin que haya producido el
progreso económico que la ortodoxia económica sostiene cuando expresa que una dosis
de desigualdad produce economías que crecen de manera más rápida y eficiente.
Así mismo, Thomas Piketty (2015) manifiesta que la desigualdad de los
patrimonios, que había disminuido hasta 1970, parece haber retomado una curva
ascendente en los principales países, por ejemplo Estados Unidos, Reino Unido
de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y Francia. Además sostiene que hay límites
en la capacidad de los investigadores para medir correctamente la desigualdad
contemporánea fundamental, que es la desigualdad frente al empleo. Jürgen
Habermas (2015) señala que en la Unión Europea los desequilibrios estructurales
entre las diferentes economías nacionales se han agudizado y serán más graves
mientras cada gobierno siga adoptando decisiones soberanas sin tomar en
consideración a los demás estados miembros como es el caso del gobierno alemán.
Sostiene que la unión monetaria tendría que ampliarse a una unión política
real. La democracia supranacional aún es una meta de largo plazo aunque su
realización se torne peligrosa porque es impopular y despierta resistencia
espontánea en los ciudadanos. El
sociólogo declara que el gobierno alemán tiene en sus manos el
destino de la UE y es el único que cuenta con la capacidad de iniciativa para
revisar los tratados. Alemania debería actuar de acuerdo con un principio
de solidaridad. Es decir, un esfuerzo cooperativo desde una perspectiva
política compartida para promover el crecimiento y la competitividad de Europa
en su conjunto.
Los altos niveles de desigualdad en las remuneraciones del
trabajo y la magnitud de la informalidad, entendida como el trabajo no
registrado, son dos características distintivas de los mercados laborales de
América Latina. Según CEPAL (2013)
alrededor del 55% de los asalariados no cuenta con cobertura de la seguridad
social. Si la acumulación de capital humano, principalmente de los
sectores más desfavorecidos de la sociedad, depende de la inversión pública en
educación, un equilibrio de baja formalización, bajo nivel de tributación y
escasa provisión de educación pública
incrementa dinámicamente las brechas educativas, provocando una situación de
persistencia de la desigualdad en el mercado laboral. En América Latina y el Caribe ha
disminuido la emigración a los principales destinos extrarregionales, así como
el número de inmigrantes provenientes de ultramar. Paralelamente, la migración
intrarregional ha aumentado, por lo general asociada a mejores condiciones
económicas y oportunidades laborales en los países de destino. Como resultado de la crisis de 2008-2009, las
tendencias del desempleo juvenil han tomado caminos diferentes en América
Latina y el Caribe y en la Unión Europea. En la primera, la tasa de desempleo
urbano juvenil se ha mantenido relativamente estable (15,1% en 2008 y 14,6%
en 2013), mientras
que en la segunda ha crecido fuertemente, del 16,3% en 2008 al 26,1% en 2013. En esta región, los estratos de menores ingresos son los
que presentan índices de desempleo más altos. Por su parte, las mujeres jóvenes
presentan mayores tasas de desempleo y condiciones de inserción más precarias,
lo que se reproduce al llegar a la edad adulta. En América Latina y el
Caribe hay una gran heterogeneidad en materia educativa, que produce
diferencias entre zonas urbanas y rurales, estudiantes de distintos estratos
socioeconómicos así como población originaria, entre otros factores de
desigualdad. Alrededor de 2010, en 15 países de la
Unión Europea, el porcentaje de población activa afiliada a sistemas de
seguridad social que garantizan una pensión se acercaba a la universalidad
(91,6%), mientras que en América Latina y el Caribe menos de la mitad de la
población activa (46,9%) estaba afiliada. La brecha es similar cuando se
compara el porcentaje de población que se encuentra en edad de retiro y que
recibe una jubilación o pensión. En promedio, el 92,8% de las personas en edad
de retiro en la Unión Europea reciben una pensión, mientras que en América
Latina y el Caribe sólo la mitad se encuentra en esa situación (51,7%). Aunque
en América Latina y el Caribe hay países donde la cobertura de pensiones de los
adultos mayores en edad de retiro es universal, en Haití la cobertura es del
1%. Por su parte, si bien la mayoría de los 15 países mencionados de la Unión
Europea tienen cobertura universal, en España, Grecia e Italia la cobertura es
del
68%, el
77% y el 81%, respectivamente. En 27 países de la Unión Europea, el gasto en
pensiones aumentó del 11,7% al 13,3% del PIB entre 2007 y 2013, mientras que el
gasto en prestaciones familiares y para la infancia creció solamente del 2,1%
al 2,2% del PIB.
La
desigualdad en América Latina y el Caribe es de las mayores del mundo, lo que
deteriora el bienestar y las posibilidades de desarrollo económico y social.
Desde 2000 muchos países de la región iniciaron esfuerzos, que aún se mantienen,
para reducir esa desigualdad. En
2013, el índice de Gini de América Latina fue, en promedio, 1,7 veces mayor que
el de la Unión Europea. En América Latina, varía entre el 38,2 del Uruguay y el
57,5 de Honduras. Los 15 países de la Unión Europea presentan índices menores;
el valor más bajo (24,9) se registra en Suecia y los más elevados, en Italia
(32,5), España (33,7), Portugal
(34,2) y Grecia (34,4).
Entre 2002 y 2013, el
índice de Gini promedio disminuyó un 10%, pasando de 54,2 a 48,6. Esta tendencia se aceleró
a partir de 2008, sobre todo en la Argentina, Estado Plurinacional de Bolivia,
Brasil, Colombia y México.
En la misma región, entre 2005 y 2013, el índice de Gini calculado sobre
la base de ingresos per cápita equivalentes disminuyó un 3,3%, mientras que en
la Unión Europea aumentó un 1,3%.
En los países de América Latina y el Caribe las tasas de
desempleo fueron inferiores al 10% en 2013 y la desaceleración del crecimiento
económico todavía no ha impactado demasiado en esta variable aunque se vislumbra
en Brasil. En los países de la Unión Europea, sobre todo en los más golpeados
por la crisis, las tasas son generalmente mayores y, en algunos casos, superan
el 15% e incluso el 25%. La tasa de desempleo abierto no es el único indicador relevante de la situación del mercado
laboral. Así, en América Latina y el Caribe, alrededor de la mitad de los
ocupados se desempeñan en empleos informales,
lo que implica una falta de protección social, precariedad y bajos ingresos.
Los
países emergentes y en desarrollo que tuvieron especial éxito en reducir el
efecto del empleo vulnerable a principios del decenio de 2000 registraron un
notable crecimiento económico tras 2007. En estos países, el crecimiento por
habitante fue de casi un 3 por ciento anual entre 2007 y 2012, prácticamente un
punto porcentual por encima de los países que menos progresaron en reducir el
efecto del empleo vulnerable, el cual incluye el empleo por cuenta propia y el
trabajo familiar no remunerado.
Desigualdad de ingresos
Coeficiente de Gini 1987-2011
%
|
1987
|
1994
|
2002
|
2011
|
43.6
|
41.5
|
41.4
|
40.0
|
Fuente: Indicadores de Desarrollo Mundial, Banco
Mundial 2015
A pesar de estas
tendencias positivas, los problemas sociales y de empleo siguen siendo agudos
en la mayor parte de los países emergentes y países en desarrollo. Más de la
mitad de los trabajadores del mundo en desarrollo, cerca de 1.500 millones de
personas, se encuentran en situación laboral vulnerable. Estos trabajadores
tienen menos posibilidades que los trabajadores asalariados de acceder a
modalidades de trabajo formales, contar con protección social, como sistemas de
pensiones o salud, o tener ingresos regulares. Tienden a encontrarse atrapados
en un círculo vicioso de ocupaciones de baja productividad, malas remuneraciones
y capacidad limitada para invertir en la salud y la educación de sus familias,
lo que a su vez perjudica el desarrollo general y las perspectivas de
crecimiento, no sólo de ellos mismos sino de las generaciones futuras.
La OIT (2014) señala que existe una mayor conciencia de la
función que desempeñan los salarios mínimos en la lucha contra la pobreza y la
desigualdad, promoviendo al mismo tiempo la participación en el mercado de
trabajo y en el aumento del consumo. Algunos
países en desarrollo han encontrado modos innovadores de establecer y aplicar
los salarios mínimos, como el diálogo social. De igual modo, una negociación
colectiva bien concebida puede repercutir positivamente en la distribución de
los ingresos, abordando al mismo tiempo la informalidad y las trampas de baja
productividad. Un desafío importante es el retroceso en la cobertura de la
negociación colectiva, una tendencia que también se observa en las economías
avanzadas. Una protección social bien diseñada favorece las competencias individuales
para acceder a mejores empleos. Así, por ejemplo, Bolsa Familia en el Brasil,
la Asignación Universal por Hijo en Argentina, la Ley nacional de garantía del
empleo rural Mahatma Gandhi de la India y programas similares en Cabo Verde han
servido para proporcionar ingresos complementarios a las familias, haciendo
posible que invirtiesen en actividades productivas y mejorasen su salud y su
nivel de educación. El proceso de desarrollo se verá favorecido a
través de la puesta en marcha de políticas e instituciones que ayuden a crear
más y mejores empleos. Además de su efecto en el crecimiento económico, el
empleo, los derechos, la protección social y el diálogo son elementos
integrales del desarrollo.
Piketty (2014:180)
concluye que las redistribuciones colectivas más eficaces necesitan de
varias herramientas como las intervenciones directas en el mercado del trabajo,
la educación permanente, los seguros sociales y la redistribución keynesiana de
la demanda. Y destaca el rol del Estado cuando agrega (2014:183) que el
mercado y el juego de la competencia suelen ser incapaces de ofrecer los bienes
y servicios que sin embargo son los más valorados por los consumidores. Por
ende, un sistema público obligatorio permite desempeñar este papel con
eficacia.
Imagen del barrio de Belgrano, CABA obtenida desde Google earth el 15.09.15.
Fotografía de una plaza y los modernos edificios del barrio de Belgrano, CABA
Imagen del Conjunto urbano Soldati de vivienda social, CABA obtenida en Google earth el 15.09.15.
Fotografía de los edificios muy deteriorados del barrio de Soldati, CABA.
La estadística como herramienta en la práctica
docente
En principio los objetivos generales y específicos de la
clase siempre se inician con una motivación como factor desencadenante y
atractivo de la práctica docente. Es posible, por ejemplo, partir de una
noticia sobre migrantes y refugiados como leemos en la actualidad en todos los
diarios del mundo que han puesto foco en el desplazamiento de miles de sirios
de su país de origen hacia Europa. Es necesario que los estudiantes se
organicen en grupos para evaluar las posibles causas generadoras de este evento
entre las cuales la guerra civil es una de las más importantes. A través de las
estadísticas socio-económicas del país emisor y de los países receptores de la
migración, que se encuentran disponibles en los sitios oficiales en la web, es
posible profundizar esos motivos así como hacer una evaluación crítica de las
decisiones políticas que toman los países receptores sobre la cuestión de la
inclusión y de la exclusión y la respuesta de la sociedad frente a la llegada
masiva de extranjeros. Para ampliar el interés en la cuestión y no dejar el
análisis sólo en el dato es necesario localizar los países involucrados en la
cartografía, trazar la ruta de la migración en un geonavegador de libre uso,
preparar los gráficos de las estadísticas elegidas con los programas que ofrece
la netbook de Conectar Igualdad, buscar fotografías de los centros de recepción
de los migrantes /refugiados, hacer una presentación de diapositivas o preparar
una entrevista filmada o realizar un video que se usarán en el debate final que
se realizará cuando se agoten todas las instancias de búsqueda e interpretación
de tan lamentable realidad que nos duele mucho a todos los integrantes de la
sociedad global. Desde el ámbito local sería de interés que los alumnos también
busquen información estadística socio-económica de comunidades de inmigrantes o
de pueblos originarios para comparar esos datos con los del acontecimiento a
nivel global que se usó como motivación del estudio estadístico junto al
análisis de la legislación nacional sobre el tema. Es posible además que se
considere para el estudio a la emigración argentina hacia Europa durante la
crisis de 2001, en especial a Italia y España, cuya cifra fue muy importante.
Un ejercicio práctico de interés para realizar con los estudiantes es la
elaboración de propuestas sobre medidas solidarias a ejecutar en la comunidad
educativa al mismo tiempo que desarrollen un pensamiento crítico ante un
acontecimiento similar real o ficcional que se manifieste en la sociedad a la
que pertenecen.
Bibliografía de consulta
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nos beneficia a todos? Buenos Aires: Paidós.
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el Caribe. Desafíos para impulsar el ciclo de inversión con miras a reactivar
el crecimiento. Santiago de Chile: 2015.
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el Caribe ante la nueva coyuntura económica y social. Santiago de Chile:
2015.
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Dorling, D. 2011. Injustice: Why social
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Dubet, F. 2015. ¿Por qué preferimos la desigualdad? (Aunque digamos lo contrario)
Buenos Aires: Siglo Veintiuno editores.
Habermas, J. “La solidaridad, una salida a la
crisis de Europa” en: Review sep.-octubre 2015. Buenos Aires: Capital
Intelectual.
Mascareño, A. – Carvajal, F. “Los diferentes
rostros de la inclusión y la exclusión” en: Revista CEPAL 116.
Santiago de Chile: agosto 2015.
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OIT, World of work report 2014. Developing
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Paredes Rodríguez, R. “Emergencia interrupta”
en: Le Monde Diplomatique 2015. Explorador. Tercera Serie. Turquía 4.
Buenos Aires: Capital Intelectual.
Piketty, T. 2015. La economía de las
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riqueza. Buenos Aires: Siglo Veintiuno editores.
Simone Cecchini y otros (eds) Instrumentos
de protección social: caminos latinoamericanos hacia la universalización. Libros
de CEPAL n° 136. Santiago de Chile: CEPAL, 2015.
UNCTAD, The least developed countries.
Report 2013. Growth with employment for inclusive and sustentable development.
Ginebra: 2013.
Sitios web de consulta
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