La energía geotérmica es la
energía almacenada en forma de calor por debajo de la corteza
terrestre.(Consejo Europeo de Energía Geotérmica, EGEC). A escala humana puede
considerarse renovable e inagotable. No obstante, es necesario un adecuado
manejo del sistema, dando justo equilibrio y estabilidad entre la extracción
del fluido y la reinyección del mismo, una vez generada la electricidad. Eso
permite no enfriar el sistema y mantener el fluido geotérmico por décadas en un
campo en producción, tal como lo hacen campos geotérmicos a nivel mundial,
muchos de los cuales llevan más de 80 años generando energía limpia.
Las plantas geotérmicas no
contaminan el agua ya que las condiciones de manejo de fluidos y descargas
superficiales, sumado a las características de infraestructura de una planta
geotérmica tienen un elevado estándar, diseñado para impedir el contacto de
fluidos geotérmicos con aguas superficiales y/ o subterráneas. Más aún, el funcionamiento
exitoso de una planta geotérmica depende en gran parte de que este contacto no
ocurra. Todos los pozos que se construyen en distintas etapas (de exploración y
explotación) están completamente aislados de la roca circundante hasta la
profundidad de producción. De esta manera se busca resguardar las napas y que
el reservorio geotérmico no se vea afectado con aguas frías.
Además de ser una fuente de
energía renovable y limpia, la geotermia posee un alto factor de planta, vale
decir, genera energía más del 90% del tiempo. Tiene una baja a nula emisión de
gases no condensables (CO2) y genera una amplia variedad de usos directos en
escala, abriendo buenas oportunidades para el desarrollo de emprendimientos
locales. La energía eléctrica que se produzca a partir de plantas geotérmicas
no será más cara que la producida por otras fuentes. Lo que sí es más caro, es
la inversión previa, aquella destinada a construir la planta geotérmica, pero
una vez que está en producción, sus costos marginales son muy bajos: se
relacionan sólo a mantenimiento y no a la compra de combustible, como ocurre
con las fuentes de generación tradicionales en base a combustibles fósiles.
Esto último es lo que encarece la energía hoy día, porque muchas veces se
importan combustibles fósiles (carbón, gas natural licuado y petróleo diesel).
La energía geotérmica tiene
muchos usos posibles, dependiendo de las distintas temperaturas del recurso.
Todos ellos pueden generar interesantes beneficios para las comunidades
aledañas y desarrollos productivos locales. En el mundo, los usos más comunes
son: para spa y piscinas (sólo en Japón hay más de dos mil resorts de aguas
termales y atraen cien millones de visitantes al año). Otros usos son para
calefacción residencial u hotelera y de invernaderos, acuicultura y crianza de
animales (piscicultura), entre otros. Algunos ejemplos destacados son: países
como Islandia, Polonia, Hungría, Turquía, Japón, China, Rumanía y Estados
Unidos tienen sistemas de calefacción de edificios. El sistema de calefacción
de la ciudad de Reykjavik, en Islandia, abastece calor a alrededor de 190.000
personas. El mayor invernadero del mundo con climatización geotérmica está en
Mokai, en Nueva Zelanda, alcanza un tamaño de 5 ha. y en su subsuelo se
encuentra una planta de generación eléctrica, también de origen geotérmico. Hoy
la producción mundial alcanza a 67.246 GW por año y el país que más produce es
Estados Unidos, con 16.603 GW anuales.
En Argentina existen muchas localidades con aguas termales y algunas de
ellas son utilizadas desde el punto de vista turístico y curativo. Son famosas
las de Copahue en Neuquén, Río Hondo en Santiago del Estero, Reyes en Jujuy,
Villavicencio en Mendoza, Rosario de la Frontera en Salta, etc.También son aprovechables
desde el punto de vista minero, recuperándose mediante diversos procesos las
sales que contienen disueltas y que en algunos casos son de alto valor
comercial, como por ejemplo sales de boro, litio, cadmio. No obstante, el
aprovechamiento más importante de los recursos hidrotermales consiste en su
utilización con fines energéticos. Si bien en Argentina existen más de
trescientos puntos de interés geotérmico, en solo cuatro de ellos podría
generarse energía eléctrica con este recurso, a saber: Copahue (Neuquén),
Domuyo (Neuquén), Tuzgle (Jujuy) y Valle del Cura (San Juan). Se han realizado
algunos aprovechamientos además de los usos en balneoterapia (de gran
desarrollo provincial en la actualidad) en distintos puntos del país, se puede
mencionar la calefacción de algunos albergues en la zona de Las Ovejas (al
Norte de la provincia del Neuquén, cerca de Cerro Domuyo). Se tiene en estudio
algunos posibles aprovechamientos calóricos de tipo industrial (básicamente
secado de productos agrícolas).
En 1998, se construyó un
sistema de calefacción de calles en Copahue, Neuquén, para lo cual se perforó
el pozo COP IV, con una profundidad de 1256 m. El vapor producido, junto al del
pozo COP II, alimentan el sistema. El transporte del vapor ( 38 tn/ h a una presión
de 10 bar y 184°C) se realiza a través de un vaporducto de 2396 m de longitud.
Se colocaron 576 losas radiantes de 7 m de ancho por 3 m de largo en cuyo
interior se alojaron las serpentinas. Así mismo este sistema permite la
calefacción de edificios de esta localidad a través de la instalación de
intercambiadores de calor.
Las primeras exploraciones
geotérmicas en Chile datan de 1921-1922, de manos de una colonia italiana en la
ciudad de Antofagasta, donde un equipo técnico de Larderello perforó dos pozos
de entre 70 y 80 metros de profundidad. Luego entre 1968 y 1976 se realizaron
una serie de estudios geológicos, geofísicos y geoquímicos en áreas
seleccionadas de la zona norte del país apoyados por un proyecto suscrito entre
la Corporación de Fomento a la Producción (Corfo) y las Naciones Unidas, que
culminó en la perforación de pozos exploratorios en la zona de El Tatio (Lahsen
et.al, 2005). Desde esa época en adelante, la Universidad de Chile y el
Servicio Nacional de Geología y Minería realizaron diversos estudios, de los
cuales se desprende gran parte del conocimiento actual que se tiene sobre el
potencial geotérmico de ese país. Los programas en pos del desarrollo
geotérmico en Chile fueron paralizados hacia 1979 a nivel estatal, y hasta 1995
la Universidad de Chile fue la principal institución que se dedicó a la
investigación en esta área (Lahsen etal. 2010).
En el año 2000 se creó la ley
geotérmica, que promueve la exploración y explotación de recursos geotérmicos
por parte de la empresa privada, y establece la existencia de concesiones de
exploración y explotación que se conceden mediante el Ministerio de Energía. De
acuerdo a cifras que maneja este ministerio, actualmente existen en el país 32
concesiones de exploración vigentes y nueve concesiones de explotación vigente
(a 2016).
En términos de investigación de
la geotermia, el Centro de Excelencia en Geotermia de Los Andes es la única
institución íntegramente dedicada al estudio de los sistemas geotermales de la
zona andina. Algunos de los proyectos del CEGA que destacan en el avance del
conocimiento de la geotermia para su desarrollo a pequeña y gran escala son el
proyecto de Baja Entalpía que se desarrolló con el apoyo del Ministerio de
Energía, que busca evaluar el potencial geotérmico en Santiago y Talca; y la
creación de un mapa de factibilidad
vincular con noticia, que determina las zonas más auspiciosas para explotar el
recurso geotermal dentro del país. Junto con ello, el CEGA desarrolla una
variada gama de investigación en ciencia básica en torno a los sistemas
geotermales.
La primera planta comenzó a
funcionar en 2017 con una producción del orden de 70 MW. El proyecto con
mayor desarrollo es el de Cerro Pabellón,
y antes de éste, la principal promesa de la geotermia en Chile fue el proyecto
Caracautín, que hoy se encuentra detenido.
Bibliografía de consulta:
Aravena, D., Lahsen,
A. (2013) “A geothermal favorability map of Chile, preliminary results”,
submitted to GRC Congress 2013.
International Energy
Agency (2009) “Chile Energy Policy Review”, International Energy Agency (IEA)
report, 270 .
Lahsen, A. (1986) “Origen y potencial de energía geotérmica en los
Andes de Chile”, en J.Frutos, R. Oyarzún,and M. Pincheira (Eds) Geología y
Recursos Minerales de Chile, Univ. de Concepción, Chile, 423.
Lahsen, A. (1988).
“Chilean Geothermal Resources and their possible utilization”, Geothermics, v.
17, 401-410.
Lahsen, A. et al. (2005) “Present status of geothermal
exploration in Chile”, World Geothermal Congress, Antalya, Turkey, 24-29 April
2005.
Lahsen, A. et al. (2010). “Geothermal development in Chile”,
Proceedings World Geothermal Congress 2010, 25.
Ministerio de Energía http://www.energia.gob.cl/energias-renovables