Según el
informe del Indec, “la cantidad de personas descendientes de pueblos
originarios que se declararon en el Censo 2010 es de 955.032 personas y
conforman 368.893 hogares. Es decir, el 2,38 por ciento del total de la
población de Argentina y el 3,03 por ciento del total de hogares”.
La mayor parte de la población originaria se
concentra en las provincias de Chubut, Neuquén y Jujuy; pertenecen a los
pueblos mapuche y colla. En Chubut, el 8,5 por ciento de la población total se
reconoce como de ese origen; en Neuquén, el 7,9 por ciento; en Jujuy, el 7,8
por ciento; en Río Negro, el 7,1 por ciento; en Salta, el 6,5 por ciento; en
Formosa, el 6,1 por ciento y en La Pampa, el 4,5 por ciento.
Muchos de estos pueblos realizan artesanías, paseos guiados
y ofrecen alojamiento que se destinan al turismo cultural que tiene lugar en
los sitios cercanos al patrimonio antiguo como son Tilcara, en Jujuy o las
ruinas de Quilmes en Amaicha, Tucumán.
El uso de las
imágenes satelitales ayuda a proteger ese patrimonio cultural de la amenaza de
abandono, saqueo o robo. La identificación previa desde el laboratorio de
alguna problemática puede ser muy útil antes de realizar el trabajo de campo.
Así mismo es de interés el relevamiento del territorio ocupado por esos
habitantes para descubrir nuevos hallazgos y así incrementar el inventario de
la riqueza cultural de museos y centros de
estudios antropológico y social además de evitar la fuga de ese
patrimonio ancestral.
La antropóloga
norteamericana Sarah Parcak es una pionera en el uso de las imágenes
satelitales cuando investiga rastros de
ruinas antiguas y sitios perdidos. En enero de 2017 lanzó un experimento de
colaboración abierta que permitió a
45.000 voluntarios de todo el mundo formar parte del equipo en el
proyecto Dubbed Global Xplorer y rastrear en Perú sitios antiguos mediante 10
millones de vistas de imágenes satelitales de la empresa Digital Globe. En una
pequeña zona, al norte de Lima, encontraron casi 3000 elementos arqueológicos.
En Argentina
hay importantes sitios arqueológicos que atesoran el patrimonio cultural
ancestral. Se los incluye en el sector de servicios (turismo cultural,
hotelería y artesanías) y de la investigación universitaria. Están bajo la
protección estatal y de las comunidades originarias actuales.
A 350 km de
San Fernando del Valle de Catamarca se ubica la localidad de Azampay, en el
valle de Hualfín a 1800 m s.n.m. En la actualidad los 250 habitantes inmersos
en una economía de subsistencia se dedican a la actividad agrícola/ pastoril y
al tejido artesanal. En este pequeño pueblo rural hay problemáticas de pobreza,
migración de jóvenes y adultos jóvenes hacia la zafra tucumana y jujeña y a centros urbanos relevantes del noroeste y
Buenos Aires.
Vista de la localidad prehispánica fortificada
perteneciente a la cultura Belén del período Tardío en Loma de los Antiguos,
Azampay, Catamarca. En la imagen de Google earth se observan los andenes de
cultivo y los recintos de viviendas.
Las ruinas de
Quilmes en el valle Calchaquí, a 82 km de Tafí del Valle, Tucumán son el mayor
asentamiento precolombino de Argentina al pie del cerro Alto del Rey a 1978 m
s.n.m. Es un lugar fortificado de un antiguo poblado diaguita cercano a Amaicha
del Valle que estuvo habitado desde el siglo IX d.C. hasta el siglo XVII. La
reforma de la Constitución de Tucumán reconoció la propiedad de los restos de
la ciudad precolombina más grande del país a la comunidad originaria. Por ello,
desde 2008, la administración pasó a manos de los comuneros. Sin embargo en
2014 fue cerrada por conflictos judiciales y hechos de violencia interna en la
comunidad originaria por sospechas de manejo fraudulento del sitio y renovación
del cacicazgo.
Las imágenes satelitales y el patrimonio cultural ancestral en el aula
El proyecto
pedagógico-didáctico sobre el patrimonio cultural de los pueblos originarios
incluye la participación de las cátedras de historia, geografía, antropología,
derecho, biología, música, literatura y artes plásticas. Hay en nuestro país
muchos ejemplos de sitios arqueológicos para elegir como los ya citados más
arriba y otros como Shinkal en Catamarca, Cueva de las Manos en Santa Cruz o el
reloj solar Fuerte Quemado en Catamarca. Las imágenes satelitales de estos
lugares son una herramienta de trabajo para muchas ciencias, de gran eficacia
porque brindan contenidos de fácil acceso y de precisión. Hay que incentivar su
uso en los estudiantes puesto que su búsqueda se accede rápidamente con la
tecnología digital. Este proyecto se puede desarrollar a lo largo del ciclo
lectivo y se concluirá con actividades en una semana de exposición e
integración de trabajos, conferencias, charlas, talleres de arte de pueblos
originarios (cerámica, telar, etc.) muestra artística, visita a museos y excursiones
a sitios arqueológicos.
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