Es frecuente para muchos científicos expresar que el Fenómeno del
Niño es un evento de la Variabilidad
Climática que se produce por la interacción de las condiciones
del océano y la atmósfera en el Pacífico Tropical. A este fenómeno
también se le conoce como ENOS,
El Niño Oscilación del
Sur, con el termino Niño se hace referencia a la componente
oceánica y con Oscilación del Sur se expresa a la componente atmosférica.
La Componente oceánica incluye el calentamiento o
enfriamiento anormal de las aguas del océano Pacífico Tropical. En el caso de
calentamiento de las aguas, corresponde a una fase cálida o evento designado
como El Niño y
en el caso de un enfriamiento o fase fría se refiere a La Niña.
La componente atmosférica está representada por el Índice
de Oscilación del Sur (IOS), dado por la diferencia de Presión en el
Pacífico Occidental y la Presión en el Pacífico oriental central: Presión en Tahití – Presión en
Darwin.
Una de las variables de mayor
importancia en el monitoreo del Fenómeno del Niño y La Niña es la temperatura
de la Superficie del Mar (SST, por sus siglas en inglés) en el océano Pacífico
Tropical. Es por esto que ese océano se ha divido en 4 regiones para el estudio
de su comportamiento constantemente, diagnosticar y pronosticar la evolución de
El Niño o La Niña. Las variaciones de
temperatura en la superficie del océano producen un cambio en la circulación
oceánica y atmosférica provocando variaciones en el clima a nivel planetario;
con efectos tan variados como inundaciones en algunas lugares y sequías
extremas en otras regiones del planeta. El fenómeno de El Niño tiene una
duración promedio entre 12 a 18 meses y se repite entre cada 2 a 7 años.
En el ecuador
durante condiciones normales del ENOS dominan los vientos del
este, más conocidos como vientos alisios. La temperatura de la superficie del
mar (TSM) es mayor en el Pacifico oeste (u occidental) que en el este (u
oriental). En el Pacífico oeste la TSM alcanza temperaturas mayores a 28°C y se
generan condiciones favorables para el desarrollo de la convección, es decir
esta zona está caracterizada por ascenso del aire, baja presión, formación de
nubes y precipitaciones. Hacia la costa de Sudamérica (Pacífico este) el aire
desciende, inhibiendo la formación de nubosidad. La circulación del viento en
sentido horario, se la conoce como Celda de Walker.
El fenómeno El Niño se produce
cuando las aguas en el océano Pacífico ecuatorial central sufren un
calentamiento, resultando aguas más cálidas que las normales. De esta manera la
diferencia de temperatura del agua entre la porción oeste y este del Pacifico
disminuye, y hasta en algunos casos se revierte. Esta anomalía positiva se
extiende sobre el océano Pacífico ecuatorial llegando hasta las costas de
Sudamérica y se extiende hacia el sur afectando las costas de Ecuador y norte
de Perú. Como consecuencia de este calentamiento la circulación atmosférica se
ve afectada, marcando una clara interacción
océano-atmósfera. Los vientos alisios se debilitan dado que la diferencia de
temperatura entre ambas porciones del océano Pacífico es menor. En la porción
occidental se ven favorecidos los vientos del oeste y esto, combinado con que
los alisios ya no tienen la fuerza necesaria como para seguir avanzando, hacen
que la convección se favorezca en el Pacífico central (alrededor de la línea de
cambio de fecha, es decir 180°), hay un desplazamiento de la zona de mayor
precipitación hacia el este. Por este motivo la región occidental pasa a
caracterizarse por precipitaciones inferiores a las normales durante esta fase
del fenómeno. Con respecto a la circulación de la celda de Walker, la misma se
debilita. Este evento por lo general comienza a desarrollarse a fines del
invierno o comienzos de la primavera del hemisferio sur, alcanzando su máximo
desarrollo en el verano. Hacia fines de cada año se observa una corriente
cálida que ingresa a las costas de Ecuador y norte de Perú. Localmente se le
llamó la corriente de “El Niño” en referencia al Niño Jesús, dado que su
llegada a dichas costas se daba en fechas cercanas a Navidad. Eventualmente
se comenzó a utilizar el nombre para los casos en los que esta corriente cálida
se intensificaba (fase cálida) y abarcaba mayor área afectando la cadena
alimentaria de los peces de aguas frías que deben migrar a otras latitudes y este
evento impacta de forma negativa en la actividad pesquera de los países
costeros .latinoamericanos.
En el caso en que esta corriente
se debilitaba (fase fría), por ser el fenómeno opuesto al Niño, se le comenzó a
llamar La Niña. De manera opuesta al Niño, la Niña se produce cuando las aguas
del océano Pacífico ecuatorial central y este sufren un enfriamiento. De esta
manera, la porción este, fría de por sí, se enfría más aun aumentando la
diferencia de temperatura entre ambas porciones del Pacífico. Dado que la
diferencia de temperatura a lo largo del Pacífico es mayor que en condiciones
normales, los vientos alisios se ven intensificados. La circulación
adopta una estructura similar a la de condiciones normales pero más intensificada (circulación de la Celda
de Walker más fuerte). Por ello la convección en la porción occidental se ve
más favorecida que en condiciones normales, observándose precipitaciones
superiores a las normales en dicha zona. Al igual que el Niño, el inicio de la fase Niña generalmente
se da entre el invierno o comienzos de la primavera del hemisferio sur,
alcanzando su máximo desarrollo en el verano.
Efectos en Argentina en 2015-16
Según el diagnóstico del servicio
Meteorológico Nacional de Argentina, las condiciones actuales son de un Niño
fuerte. Se calcula que hay una probabilidad cercana al 100% de que esta fase
cálida continúe hasta el verano 2015-2016. De acuerdo a la magnitud ya
observada y prevista se estaría entre los 4 Niños más fuertes de los últimos 50
años. En el trimestre noviembre-enero de años Niños se favorecen lluvias por
sobre lo normal en el Litoral, parte de la región Pampeana y norte de la
Patagonia.
Los cambios en la temperatura del agua del mar afectan a
la circulación atmosférica circundante y se observó que estos efectos no se
limitan a la región del Pacífico ecuatorial, sino que también influyen en el
clima en diferentes partes del mundo. De allí surge el término “teleconexiones”.
Los mecanismos por los cuales se dan estas teleconexiones no son del todo
comprendidos y continúan siendo objeto de investigación científica. Sin embargo
se puede hacer una caracterización utilizando las observaciones ya documentadas
en diferentes regiones del mundo
El índice utilizado para
caracterizar un evento Niño ó Niña corresponde al Índice Oceánico de El Niño
(ONI, por sus siglas en inglés). Con el mismo se puede tipificar las distintas
intensidades de los eventos cálidos y fríos que tienen lugar en el Pacífico
tropical. Este índice está basado en el promedio trimestral de la anomalía de
la Temperatura superficial del mar para la región Niño 3.4 (5ºN – 5ºS; 120ºW –
170ºW). Los eventos están definidos como 5 meses consecutivos con anomalía
igual o superior a +0.5ºC (eventos cálidos) ó 5 meses consecutivos con anomalía
igual ó inferior a -0.5ºC (eventos fríos). Luego estos umbrales son divididos
en: Débil
(entre 0.5ºC a 0.9ªC), Moderado
(entre 1.0ºC a 1.4ªC) y Fuerte
(>= 1.5ºC). Para que el evento sea categorizado en débil, moderado ó fuerte
el umbral tiene que ser igualado o superado en al menos 3 meses del período.
La anomalía de temperatura de agua de mar
en la región Niño 3.4 en el trimestre agosto-septiembre-octubre de 2015 fue de
+1.7°C, mientras que en la última semana de octubre dicha anomalía alcanzó
+2.7°C. Se prevé para el próximo trimestre que la magnitud de este evento
alcance su máxima intensidad y luego tienda a debilitarse en forma gradual
hacia el próximo otoño. Tomando el valor medio de los modelos la magnitud
rondaría los +2.5°C en el trimestre noviembre-enero.
De
los 18 años Niños que tuvieron lugar desde 1961, este año tiene un
comportamiento más cercano a los siguientes Niños fuertes: 1965-1966,
1972-1973, 1982-1983, 1986-1987, 1991-1992 y 1997-1998. El informe más reciente apareció en octubre en la
forma de una imagen de la National Oceanic and Atmospheric Administration
(NOAA) de los EE.UU. que compara las imágenes satelitales OSTM / Jason-2, con las del TOPEX/ Poseidon de 1997 en
razón a la temperatura de las aguas del Océano Pacífico –una marca
distintiva de El Niño– con aquel periodo de junio a noviembre de 1997 cuando El
Niño estuvo en su máximo efecto.
Allí se puede ver que El Niño de este año nació en el
océano Pacífico ecuatorial, entre marzo y abril, mientras que el de 1997 para
estas fechas recién se estaba formando.
Precisamente, la temperatura superficial del mar del
Pacífico del Lejano Oriente está llegando a la temperatura promedio en lo que
va de este año, con agua más cálida concentrada en la costa central del
Pacífico. Sin embargo, en 1997 el agua más caliente se movilizó del Lejano
Oriente hasta el final del año, justo en contra de la costa de América del Sur.
Por un lado, las dos son
comparables dado que El Niño de 1997 fue el más fuerte registrado hasta ahora
y, en este momento, la ciencia más precisa indica que el fenómeno actual podría
igualar o competir con aquel –por lo menos en términos de temperaturas
oceánicas–. Pero por otra parte, cada fenómeno de El Niño es único, un producto
de condiciones del océano y de la atmósfera, del clima y del tiempo
meteorológico, que son únicas de un tiempo y lugar en particular.
Esos cambios más locales pueden telegrafiarse a través de
la atmósfera y, en el caso de los EE.UU., pueden alterar la posición de la
corriente de chorro en el país durante los meses de invierno, típicamente
llevando a condiciones más húmedas de lo normal en los estados del sur y
temperaturas más cálidas en el norte.
Sin embargo, esos son los efectos
de El Niño a grandes rasgos. Tales teleconexiones, como les llaman, tienden a
ser más confiables cuando El Niño es fuerte. Tal fue el caso de ambos fenómenos
fuertes de 1997-1998 y de 1982-1983. Enero y febrero de 1998 fueron los más
húmedos y cálidos primeros dos meses del año consecutivos para los EEUU en un
registro de 104 años hasta ese entonces, según NOAA. La posición
de la corriente de chorro significaba que algunos estados al norte vieron las
temperaturas elevarse 15 grados por encima de lo normal, y tanto la parte
sudeste como la sur de California fueron inundadas por una serie de tormentas.
En California, las lluvias fueron
tan inclementes que provocaron derrumbes que arrastraron casas sobre
acantilados que se desintegraron, causando cientos de millones de dólares en
daños.
El último pronóstico de la Administración Nacional
Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) reafirma esta versión e
incluso da cuenta de la intensidad con la que se está desarrollando este evento climático cíclico. Es así como esta agencia
científica, que pertenece al Departamento de Comercio de los Estados Unidos,
refiere que El Niño del 2015 es “significativo y se encuentra
fortalecido”, lo que quiere decir que desde ya se perfila como uno de los
fenómenos de mayor magnitud, incluso superior al que vivimos en 1997, el cual
causó más pérdidas humanas y materiales que sus antecesores.
Respecto a la prolongación en el tiempo, la NOAA detalla
que “existe la posibilidad de más de 90% de que El Niño se extienda hasta el
invierno en el hemisferio norte (es decir, verano en el Perú) y cerca de 85% de
probabilidad de que dure hasta primavera del 2016 (otoño en el país)”. Si bien
aún no se sabe con exactitud cuándo golpeará con intensidad ni qué daños
provocará, se tiene en claro que para que El Niño llegue a tener la categoría
de "muy fuerte" la temperatura de las aguas tropicales del océano
Pacífico deben superar las mediciones de calor en al menos 2 grados centígrados
del promedio normal en los siguientes tres meses. Esta
situación solo se ha presentado dos veces en la historia, desde que los
meteorólogos iniciaron el monitoreo de las condiciones oceanográficas del
Pacífico tropical: en 1982-1983 y 1997-1998.
Desde que se inició agosto, los científicos de diferentes
instituciones vienen realizando una comparación mano a mano de las temperaturas
récord de 1997-1998 con las que actualmente se presentan.
Otros impactos
Aumento de la temperatura de la superficie del océano en la región de las islas Galápagos y a lo largo de la costa de Ecuador desde 22° C hasta cerca de 30° C, esto provocó que algunas especies marina emigraran hacia los polos.
En el Ecuador y el norte de Perú el aumento de las
lluvias causó inundaciones que transformaron el desierto de la costa en
lagunas, las que a su vez se convirtieron en el hábitat temporal de peces. Los
pobladores capturaron los peces para su consumo y comercialización.
Las lluvias del monzón cayeron
sobre el Pacífico Central en lugar del Pacífico Oeste provocando sequías y
desastrosos incendios forestales en Indonesia y Australia.
Las tormentas invernales golpearon fuertemente la Costa
Sur de California, causando inundaciones en la zona sur de Estados Unidos,
mientras que en el norte no se produjo la nieve suficiente para esquiar.
En la región de Centroamérica se
registraron sequías severas e incendios forestales, sobre todo, hacia la
vertiente del Pacífico.
En Panamá El Fenómeno de El Niño,
en promedio, produce disminución
de las lluvias en las regiones ubicadas en la vertiente del Pacífico y aumento
en la vertiente del Caribe, es importante señalar que se presentan variaciones
locales (espaciales y temporales) asociadas a la orografía del lugar y a la
intensidad del evento. Se ha observado una relación bastante fuerte entre la
ocurrencia de un evento cálido (El Niño) y un aumento en las anomalías de
temperatura ambiente, las anomalías de precipitación y caudal muestran déficit
durante los años El Niño.
Se manifiestan temporales de nieve, lluvias e inundaciones en Sudamérica.
Prevención 2015
Las labores de prevención en Perú se iniciaron desde el
31 de agosto con el primer simulacro. Estas labores se convierten en política de Estado
para hacer frente a los desastres naturales ya que es uno de los países más
afectadas por los impactos del cambio climático. Para reducir los efectos de
dicho fenómeno, el sector estatal inició las labores de descolmatación del
cauce de los ríos y limpieza de quebradas de Tumbes, Piura, Lambayeque y La
Libertad. Se ha desplazado más de un
millar de maquinaria para acelerar los trabajos antes
del inicio del verano.
Presencia de El Niño / La Niña en eventos históricos anteriores al registro estadístico
Durante años,
Lonnie G. Thompson, un paleoclimatólogo de la Universidad Estatal de Ohio, en
Columbus, USA, ha sacado muestras de hielo –núcleos de hielo– de los glaciares
en la cimas de las montañas de los Andes, en Perú, y de la cordillera de los
Himalayas, en el Tíbet. Las muestras, todavía congeladas y enviadas a Columbus,
muestran períodos húmedos y secos, incluidos los relacionados con los eventos
de El Niño que se remontan a miles de años. A principios de la década de los
80, Thompson se convirtió en uno de los primeros científicos en observar el
calentamiento global. Su colección de núcleos de hielo se considera como una de
las evidencias más fuertes del calentamiento global y, para la mayoría de los
científicos, demostró que el clima está cambiando dramáticamente.
Mucho del trabajo de Thompson se basa en la exploración de los glaciares peruanos en Quelccaya y el análisis de miles de muestras de hielo formados hasta hace 1.800 años. Los campos que exploró estaban a menos de 60 kilómetros de Cusco, la capital del gran imperio Inca. El estudio del hielo, junto a hallazgos arqueológicos, mostró que las personas se trasladaban de la sierra a la costa y de vuelta, siguiendo el mismo patrón de alteración del clima de El Niño. Si bien es poco probable que los eventos de El Niño fueran la única causa de los desastres que destruyeron el imperio Inca, las alteraciones en el clima y sus efectos sobre los recursos hídricos y la agricultura fueron cruciales.
Mucho del trabajo de Thompson se basa en la exploración de los glaciares peruanos en Quelccaya y el análisis de miles de muestras de hielo formados hasta hace 1.800 años. Los campos que exploró estaban a menos de 60 kilómetros de Cusco, la capital del gran imperio Inca. El estudio del hielo, junto a hallazgos arqueológicos, mostró que las personas se trasladaban de la sierra a la costa y de vuelta, siguiendo el mismo patrón de alteración del clima de El Niño. Si bien es poco probable que los eventos de El Niño fueran la única causa de los desastres que destruyeron el imperio Inca, las alteraciones en el clima y sus efectos sobre los recursos hídricos y la agricultura fueron cruciales.
Lo mismo parece
cierto para otros pueblos originarios incluyendo a la cultura Mochica en Perú.
Los hallazgos han sido corroborados con la datación por radiocarbono.
La conexión con la pandemia de gripe se remonta a 2010, cuando Benjamin Giese,
del Texas A & M University, informó que una revisión de siglos de registros
de El Niño mostró que la aparición del fenómeno en los años de 1918 y 1919 fue
única. Fue muy fuerte en el Pacífico central, pero curiosamente más suave a lo
largo de la costa de América.
La ubicación, escribió, provocó una grave sequía en la India cuando los monzones no llegaron, y 18 millones de indios murieron y la gripe se extendió a Europa y América.
En 1781, el monzón tampoco llegó y 600.000 indios murieron de hambre. El mismo año, eventos “cisne negro” devastaron Australia, Egipto, México y el Caribe, dijo Thompson.
Un fenómeno de El Niño también acompañó la peste negra, la plaga que acabó con 200 millones de personas, tal vez la mitad de la población de Europa, alrededor de 1346. Ese mismo año, la dinastía Yuan en China, donde la plaga se originó probablemente, fue derrocada por los Ming, una de los acontecimientos más importantes en la historia de China, dijo. Los núcleos de hielo documentan que en esa época hubo una sequía de 30 años.
El Niño en la práctica docenteLa ubicación, escribió, provocó una grave sequía en la India cuando los monzones no llegaron, y 18 millones de indios murieron y la gripe se extendió a Europa y América.
En 1781, el monzón tampoco llegó y 600.000 indios murieron de hambre. El mismo año, eventos “cisne negro” devastaron Australia, Egipto, México y el Caribe, dijo Thompson.
Un fenómeno de El Niño también acompañó la peste negra, la plaga que acabó con 200 millones de personas, tal vez la mitad de la población de Europa, alrededor de 1346. Ese mismo año, la dinastía Yuan en China, donde la plaga se originó probablemente, fue derrocada por los Ming, una de los acontecimientos más importantes en la historia de China, dijo. Los núcleos de hielo documentan que en esa época hubo una sequía de 30 años.
La problemática
de El Niño /Niña está incluida en la que corresponde al cambio climático y la
circulación oceánica, dos temas que se encuentran en los contenidos de todos
los niveles de enseñanza. Es posible introducir el tema mediante ejemplos de
impactos locales para profundizar luego según la edad de los estudiantes. Las
herramientas y técnicas de enseñanza son diversas: cartográficas, de imágenes
satelitales, lectura de artículos, entrevistas, estadísticas, consulta de
sitios web, videos, etc. La evaluación se aconseja en equipos de reducido
número de alumnos (3-4) mediante la realización de guías de estudio, paneles
expositivos, cartelería informativa, debates sobre prevención de impactos
locales del evento, etc.
Bibliografía de interés sobre el tema
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Thompson, L.G., Yao T., Thompson E.M., Davis M.E., Henderson K.A., Lin P.N., A high-resolution millennial record of the South Asian monsoon from Himalayan ice cores. Science 289 (2000) 1916-1919.
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Climate Change in Tropical Africa" Science 298 (5593): 589–593. doi:10.1126/science.1073198.
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