Los espacios rurales concentran un alto índice de
población en situación de pobreza sin embargo son territorios de lucha para
evitar que sus habiantes sean desplazados o marginados por transnacionales
aunque la amenaza está siempre presente. La agroindustria y la megaminería son
las principales fuentes de amenazas. Desde 1990 los pueblos originarios, los
campesinos y las organizaciones sociales se han organizado a nivel
internacional para tener cierta influencia sobre la política agropecuaria y
alimentaria. La confederación más grande y conocida es La Vía Campesina que
agrupa a 160 organizaciones de 73 países. El papel de las mujeres resalta en el
interior de cada una de éstas. En Argentina el movimiento de los pueblos
fumigados en áreas próximas a los latifundios sojeros crece frente al aumento
de enfermedades asociadas con ese modelo. Los habitantes de Malvinas
Argentinas, un partido del AMBA, reaccionaron con gran fortaleza ante la
construcción de un depósito de agroquímicos de la empresa Monsanto en el área
urbana y tambíén en esa lucha exitosa se destacaron las mujeres para presionar
por el retiro de la empresa.
Estas
organizaciones impulsan acuerdos para acceder a la propiedad de la tierra, al
uso del agua y a la protección de la biodiversidad. La agricultura familiar
promueve la soberanía alimentaria y el comercio local y regional de la
producción. Es así que usan fertilizantes naturales como son los restos de plantas,
árboles y el estiércol animal. Se practican policultivos asociados con plantas
que repelen insectos indeseados o atraen a los necesarios. También producen las
semillas adaptadas a las condiciones ambientales del lugar.
En América
Latina los científicos y la población rural de campesinos y pueblos originarios
se han nucleado en la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología
(SOCLA) para asociar al conocimiento ancestral y al conocimiento de la ciencia.
Se resuelven en esta amalgama los problemas técnicos para mejorar la producción
y asegurar el abastecimiento alimentario de calidad.
En Brasil
desde 2009 los productores de la agricultura familiar, a través del Consejo
Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutrición, abastecían a los organismos públicos,
hospitales, escuelas, colegios, jardines de infantes y cárceles. El 1 de enero
de 2019 el gobierno nacional cerró ese organismo. Desde que las autoridades
anunciaron el cierre, muchas organizaciones de la sociedad civil y defensores
de derechos humanos, se han movilizado para exigir que el gobierno brasileño
reconsidere la decisión. Sus esfuerzos se han expandido más allá de las
fronteras nacionales, apelando a la solidaridad internacional para aumentar la
presión sobre las autoridades locales.
Son muchos los
ejemplos de pequeñas y medianas unidades productivas en América Latina: las
chinampas, las milpas, la andenería peruana, la huerta kichwa de Amazonia o los
sistemas silvopastoriles en Colombia.
Los
Kichwas del oriente se encuentran localizados en la parte nor-occidental de la
región amazónica ecuatoriana, están asentados en la zona alta de la Provincia
de Napo, Sucumbíos.
El Kichwa es la lengua materna y la
segundo lengua es el español, idioma dejado como herencia de la dominación
hispana. Esta etnia tiene como eje de producción la actividad agrícola que
se completa con la caza mediante el uso
de lanzas y trampas; la pesca se realiza con atarraya en los ríos grandes y en
los pequeños utilizan la ishinga, el barbascos, el guami, que son elaborados de
lisan en forma de un tubo; otra actividad es la cría de ganado. La huerta es
sumamente importante no solo para la reproducción económica de los Kichwa sino
para su reproducción social y cultural; por ello, antes de construir la casa,
lo primero que se prepara es el terreno que va a servir de huerta. El primer
producto que se siembra es la yuca ya que constituye la base de su alimentación
diaria. El cuidado de la huerta está sujeto a normas rituales y simbólicas que
forman parte de su cosmovisión y deben ser respetadas estrictamente.
En referencia
a la agricultura itinerante de roza y quema se siembra en la purina o huerta:
yuca, plátano, café, cacao, maíz, frijoles; para la misma se planifica de
acuerdo a las fases lunares y días específicos para obtener buenos resultados
en la cosecha, la producción es dirigida en su mayoría al consumo propio. La
elaboración de artesanía, es un rubro importante en la economía de esta
nacionalidad, elaboran abanicos con plumas de pájaros, shigra de chambira,
pita, shushuna, guami, cucharas de palo, batan para preparar la chicha,
canastas, collares, flauta de guadúa, tambores confeccionados con cuero de
venado y boa.
Esta
nacionalidad de 60.000 representantes tiene en su dieta la presencia de carne
de monte, preparaban un locro con yuca, plátano y carne, este tipo de comida es
muy degustada en este pueblo, en especial en las bodas, pedidas o en fiestas de
la comunidad. También se acostumbra en el huerto antes de plantar la yuca
realizar una ceremonia: las mujeres llevan a cabo rituales preparatorios que
incluyen el uso de pinturas faciales, fabricadas con la planta denominada
manduru, con el fin de conseguir la ayuda de las fuerzas naturales tales como
la chacra amu, para que la siembra brinde una buena cosecha.
El pueblo kichwa viene participando de seis procesos
de consulta previa. Entre ellos, se encuentran el proceso relacionado con la
creación del Área de Conservación Regional Maijuna Kichwa, el proyecto Hidrovía
Amazónica y los lotes de hidrocarburos 191, 197, 198 y 192.
Bibliografía
HBS Cono Sur-GEPAMA-Fundación Rosa Luxemburgo, 2018. Atlas
del Agronegocio: Datos y hechos sobre la industria agrícola y de alimentos.
Le Monde diplomatique.
Unicef, 2008. Valores de los pueblos y nacionalidades
indígenas de la Amazonía (Bolivia, Ecuador y Perú). Lima: Detam Impresiones
S.A.C.