miércoles, 2 de diciembre de 2015

Nueva cartografía sobre recursos hídricos subterráneos



De acuerdo a la clasificación que propone Raisz (1965) la cartografía especial produce mapas científicos. Monkhouse (1968) expresa que esa especificidad le aporta al geógrafo y a muchos otros profesionales, herramientas para el estudio del uso y manejo de los recursos naturales. Los procesos de clasificación de la cartografía temática permiten el ordenamiento, jerarquización y agrupación de datos porque un mapa temático tiene como objetivo principal reflejar las relaciones geográficas relativas a distribuciones particulares. Robinson (1987) plantea que el esfuerzo más importante, es la tipificación de esos datos por categorías mediante el uso de puntos, líneas o áreas.
El auge de la cartografía temática se inició lentamente en la segunda mitad del siglo XVII pero su despegue fue durante el siglo XIX en sintonía con el avance de la investigación científica. De interés particular en la historia de esta especialidad cartográfica es la publicación que realizó Edmund Halley en 1701 de un mapa que mostraba la distribución de las variaciones de la brújula mediante el trazado de isolíneas de declinación magnética. En la primera mitad del siglo XIX, se editaron mapas sobre la incidencia del cólera, la actividad criminal y las líneas de flujo que representaban el transporte de pasajeros y de mercaderías a través de las incipientes redes de carreteras y de ferrocarriles, material que promovió el proyecto de extensión de las trazas de esos ejes de circulación.
Un equipo internacional de investigadores publicó en noviembre de 2015 la creación de un mapa que muestra las reservas totales de agua subterránea en el planeta calculadas en 23 millones de m3. Sólo el 6% es agua subterránea moderna de fácil  extracción pero muy sensible al cambio climático y a la contaminación. Para cuantificar cuánta agua está almacenada en los dos kilómetros superiores de la superficie de la Tierra, el equipo que dirige Tom Gleeson combinó distintos tipos de información, como la permeabilidad de las rocas y el suelo, la porosidad y datos sobre los niveles de precipitación. En la investigación fue clave la medición de los niveles de tritio para determinar la edad del agua almacenada. El tritio es una forma radioactiva del hidrógeno que alcanzó un máximo en la atmósfera hace 50 años como resultado de pruebas con bombas termonucleares. Por esta razón puede usarse como marcador para reconocer toda la lluvia que alcanzó las napas subterráneas desde ese entonces. El mapa creado a partir de modelos computacionales por los científicos de las universidades de Texas (EE. UU), de Calgary (Canadá) y de Gotinga (Alemania), liderados por Tom Gleeson, de la Universidad de Victoria (Canadá), muestra la distribución del agua moderna en el globo. Se estima que menos de 6%, y tal vez apenas 1%, del agua hallada cerca de la superficie de la Tierra es renovable durante la vida de una persona. En el mapa planisferio se observa que las tonalidades azules muestran los espacios donde el agua se renueva rápidamente. El tono celeste señala las aguas más antiguas, que están estancadas y no se renuevan. El agua antigua es variable en calidad y en profundidad. Puede ser más salada que el agua de mar y contener en disolución arsénico y uranio por eso es necesario su tratamiento si el destino fuera para consumo humano o para riego. El caudal de muchos de los acuíferos está en disminución en la actualidad. La mayor parte se encuentra en regiones montañosas y tropicales: la cuenca del Amazonas, Congo, Indonesia y el oeste de América. Esta información es valiosa para gestionar políticas públicas sobre el uso y manejo de este recurso natural con sustentabilidad así como para científicos de las áreas de hidrología, ciencias de la atmósfera y geoquímica.


Fuente: Revista Nature Geoscience noviembre 2015

Investigadores de la Universidad Rutgers (New Jersey, EE UU) y de la Universidad de Santiago de Compostela (España) han desarrollado un mapa mundial de la profundidad de las aguas subterráneas que publicó la revista Science en febrero de 2013. El trabajo cubre incluso zonas sin datos para así inferir patrones espaciales y procesos a partir de un modelo hidrológico de aguas subterráneas forzado por el clima, la topografía y el nivel del mar actuales. Se presentan observaciones de la profundidad de la capa freática de 1.603.781 pozos, a partir de archivos gubernamentales e información publicada en la literatura científica. Existen datos abundantes de América del Norte y en varios países europeos así como en Australia, pero muy escasa en relación a Asia y especialmente de África. Según sus resultados, entre el 22 y el 32% de la superficie emergida global se encuentra influida por una capa freática poco profunda, incluyendo aproximadamente el 15% de zonas con agua superficial alimentada por las aguas subterráneas, y entre un 7 y un 17% de áreas con la capa freática accesible a las raíces de las plantas.


Hay otro antecedente de cartografía sobre la distribución mundial de  aguas subterráneas, es el proyecto WHYMAP, World-wide Hydrogeological Mapping and Assessment Programme dentro del marco de la UNESCO, realizado a escala 1:40.000.000 en 2000. A través del sitio en la web existe la posibilidad de acceder, consultar y descargar la cartografía detallada que se ha desarrollado por continente. 



En Argentina el Centro Regional de Aguas Subterráneas (CRAS), incorporado al Instituto Nacional del Agua en 1998, realiza la investigación integral de los recursos hídricos subterráneos con el fin de suministrar información técnica a organismos nacionales, provinciales, municipales y privados.

 Los recursos hídricos subterráneos en la práctica docente


Es necesario explicar a los alumnos la importancia del conocimiento de este formidable recurso hídrico como parte del ecosistema local, provincial, regional, continental y mundial. Además es fundamental la interpretación del valor del ciclo del agua como proveedor del recurso así como la evaluación de las actividades, los eventos y las políticas que promueven o impactan sobre su desarrollo y estabilidad.
Sería de interés, para estudiar la problemática del recurso, explicar y analizar en clase un ejemplo de gestión de las cuencas subterráneas como la que se realizó en la ciudad de Kumamoto  (Japón) y que recibió el premio ONU-Agua a la mejor práctica en 2013.
La aplicación del tema a escala regional se puede realizar con ejercicios vinculados a la investigación del Sistema Acuífero Guaraní, el segundo recurso por su volumen de agua dulce subterránea en el mundo y además porque es de una enorme importancia estratégica para la vida y la producción de millones de personas de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
A partir de un video, como el que se propone más abajo, es posible organizar en clase un debate entre los distintos grupos de estudiantes sobre este recurso y el rol de los organismos internacionales en zonas con problemáticas socio-económicas.




 Bibliografía de consulta


Buccheri, M.J. – Comellas, E.A. 2014. Indicadores para el monitoreo y evaluación hacia la gestión integrada de los recursos hídricos. Buenos Aires: INA- CELA y UNCuyo- FCE.
Canales Dávila, C. 2012. Gobernanza de aguas subterráneas: un marco global para acciones locales. Primera consulta regional: América Latina y el Caribe. Montevideo: CEPAL.
Fattorelli, S. – Fernández, P. 2011. Diseño hidrológico. WASA - GN 2da. edición digital.
Gleeson, T. et al. The global volume and distribution of modern graoundwater. En Revista Nature Geoscience online noviembre 2015.
Martínez Alvarez, J.A. 1989. Cartografía geológica. Madrid: Paraninfo.
Monkhouse, E.J. – Wilkinson, H.R. 1968. Mapas y diagramas. Técnicas de elaboración y trazado. Barcelona: Oikos-tau S.A ediciones.
Raisz, E. 1965. Cartografía general. Barcelona: Omega.
Robinson, A.H. et al, 1987. Elementos de Cartografía. Barcelona: Omega.
Slocum, T. et al, 2005. Thematic cartography and geographic visualization. New Jersey: Prentice Hall.

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